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La importancia de la diplomacia parlamentaria mexicana

Aunque la política exterior mexicana está encabezada en un primer plano por el presidente, y en un segundo plano, por la cancillería, el Congreso puede complementar adecuadamente las labores diplomáticas de nuestro país.

En uno de los momentos más críticos de la relación bilateral entre México y los Estados Unidos es esencial potencializar la utilización de todos los mecanismos y herramientas diplomáticas con las que cuenta el estado mexicano. Por esa razón, nuestro congreso debe jugar, hoy por hoy, un papel proactivo y estratégico en el fortalecimiento del entendimiento y colaboración con el vecino del norte.

Esencialmente, la diplomacia parlamentaria tiene el objetivo de construir el entramado de relaciones formales e informales que vinculan a los Congresos de ambos países para avanzar políticas públicas de interés común.

Aunque la política exterior mexicana está encabezada en un primer plano por el presidente, y en un segundo plano, por la cancillería, el Congreso puede complementar adecuadamente las labores diplomáticas de nuestro país.

De hecho, desde el año de 1961, los representantes parlamentarios de México y los Estados Unidos han celebrado reuniones anuales en las que se abordan los temas más importantes para ambos países.

Sin embargo, a raíz de la implementación de las nuevas medidas migratorias de la administración Trump, los congresistas mexicanos tienen la necesidad de incrementar su activismo político.

Recientemente, la Comisión de Asuntos Exteriores presentó un plan detallado que intenta responder al reto migratorio. Entre las propuestas se ha considerado la realización de visitas a las representaciones consulares mexicanas en los Estados Unidos para conocer de primera mano la situación de los albergues de inmigrantes y estaciones migratorias.

También han decidido reunirse con periodistas y académicos especializados en México; así como universidades donde exista una notable población estudiantil de origen mexicano para conocer sus percepciones.

En el proyecto, destaca su interés por acompañar a los funcionarios de las secretarías de Economía y Relaciones Internacionales que se encuentran negociando la actualización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Finalmente, el plan considera una gran política de cabildeo con legisladores norteamericanos que han mostrado una actitud favorable con nuestro país, así como con organismos internacionales y representantes diplomáticos de otros países que han manifestado su solidaridad ante iniciativas hostiles como la construcción del muro.

Un plan tan ambicioso debe ser bienvenido y apoyado por la sociedad, pero también, en la coyuntura actual, los legisladores de todas las fracciones parlamentarias deben cerrar filas y trabajar de manera diligente y metódica en la misma dirección.

Por un tiempo deberían olvidar sus intereses de camarilla o de grupo y colocarse a la altura de las circunstancias. Hoy más que nunca aplica la máxima: "si no es así, que la nación se los demande".

*La Dra. Marisol Reyes es profesora del Departamento de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro, mreyess@itesm.mx

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