Bajío

Formación humanística en la universidad (1)

La injusticia social, la corrupción, la inseguridad, la pobreza, la marginación, las diversas formas de exclusión, el deterioro del medio ambiente, son expresión concreta de la falta de ética y señal de una profunda deshumanización del hombre de nuestro tiempo

Uno de los propósitos educativos que siempre es bienvenido en el ámbito universitario es relativo a la promoción de la literatura, el cine, el teatro, la música, la danza. Expresiones que sintetizan los aspectos creativos y artísticos de la humanidad. Más allá del mero entretenimiento, necesario e indiscutible, la pregunta que surge es si este tipo de manifestaciones artísticas puede tener un rol significativo en el espacio formativo de la universidad. Creo que la respuesta es obvia: por supuesto y toda universidad debiera contar con espacios dedicados a ello.

Conviene preguntarnos entonces y de modo más específico en qué consiste ese rol, qué es lo que podría dejar al estudiante el contacto con tales expresiones culturales. Esto nos remite necesariamente a la revisión de los objetivos más importantes de la formación en la universidad. Hoy se habla de innovación, retos, competencias. Antes de tradición y de suma de conocimientos enfocados a la mera aplicación. Hoy las universidades deben tomar muy en serio los diversos problemas que nos aquejan.

La injusticia social, la corrupción, la inseguridad, la pobreza, la marginación, las diversas formas de exclusión, el deterioro del medio ambiente, que son expresión concreta de la falta de ética en diferentes ámbitos del quehacer humano, todos señal de una profunda deshumanización del hombre de nuestro tiempo.

En este sentido es imperativo recuperar la brújula ética que se ha extraviado, y de fundar en un nuevo modo de entender la vida humana en todas sus esferas y dimensiones, la vida en este siglo XXI. La problemática es profunda y uno de los ámbitos que mayor importancia tiene para su solución es el de la educación.

Es imposible pensar en una mejora sustantiva del estado de cosas sin una educación universitaria que tenga como objetivo primordial la humanización de la humanidad. Hablar de dimensión humana y de humanización nos sitúa inmediatamente en el entorno de la filosofía, de la ética, pero también del arte, de la cultura.

Es imprescindible una renovación de la educación de este nivel que lleve a la convicción, en los nuevos egresados de las universidades, del papel que pueden llegar a jugar en la mejora de las condiciones de vida de la sociedad, y en particular y sobre todo en la dignificación de todos los seres humanos y la promoción de condiciones de vida más justas para todos: una verdadera humanización de la humanidad. El arte, la cultura son recursos fundamentales para esta tarea.

*Profesor de la Escuela de Humanidades y Educación, Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro. jfarriaga@itesm.mx

También lee: