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Emoción y la formación de emprendedores

Son aún escasos los estudios que abordan como se podrían mejorar las condiciones para que un individuo perciba el emprendimiento como un proceso deseable, atractivo y alcanzable.

La formación de profesionales, la creación de conocimiento y el desarrollo tecnológico que contribuya a un mayor bienestar de la sociedad, son funciones generalmente atribuidas a las instituciones de educación superior.

Recientemente se ha agregado una nueva función, la participación de estas universidades en el proceso de creación de empresas como agentes detonadores. Si bien, el comportamiento emprendedor es voluntario e individual, la decisión de crear una empresa es intencional, conciente, y además puede ser fomentada a través de la educación.

Sin embargo, para el éxito profesional de un individuo no solo se debe fomentar un mayor grado de conocimiento, ya que otros procesos y habilidades también son importantes para el desempeño de una persona en cualquier ámbito. En este sentido, recobra importancia el desarrollo de las competencias emocionales, las cuales afectan la forma en la que percibimos el mundo, nuestras relaciones interpersonales, e incluso proceso organizacionales.

Son aún escasos los estudios que abordan como se podrían mejorar las condiciones para que un individuo perciba el emprendimiento como un proceso deseable, atractivo y alcanzable. Sin embargo, uno de los más recientes, en el cual ha participado una servidora, ha probado que los alumnos de universidades que tienen un mayor grado de competencias emocionales, también tienen una mayor probabilidad de desarrollar intenciones de crear una empresa, además que perciben al emprendimiento como algo positivo para ellos y se sienten capaces de dominar el proceso.

Si se ha demostrado el vital papel que tienen estas competencias, el siguiente paso sería contestar a la pregunta: ¿cómo podemos desarrollar o fortalecer las competencias emocionales de los alumnos en el aula?

Nota: Este artículo de opinión está basado en un artículo científico publicado en International Entrepreneurship and Management Journal por la autora, en coautoría con Virginia Fernández Perez, Ana Montes Merino y Lázaro Rodríguez.

*Patricia Esther Alonso Galicia es profesora del Departamento de Administración y Emprendimiento del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro, pealonsog@itesm.mx

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