Bajío

Baja producción de uva contiene el boom vitivinícola queretano

Los vitivinicultores de Querétaro deben comprar la mitad de la uva que necesitan en estados vecinos, como Guanajuato, Aguascalientes, Zacatecas, Coahuila y Chihuahua.

El sector vitivinícola en Querétaro, de acuerdo con sus productores, ha tenido en los últimos años un ritmo de expansión a doble dígito; sin embargo, se trata de un crecimiento conservador debido, entre otros factores, a que el estado es deficitario en producción de uva.

Con apenas 350 hectáreas sembradas, sólo entre 130 y 140 generan uva para vino, por lo que el estado produce únicamente el 50 por ciento de la vid que demanda el sector vitivinícola (2.5 millones de kilos al año), y se ha tenido que recurrir a los estados vecinos, como Guanajuato, Aguascalientes, Zacatecas, Coahuila y Chihuahua, entre otros, para comprar de la materia prima.

Esta baja producción de la vid es consecuencia de que el 85 por ciento de la producción nacional es destinada para la exportación, además de las altas inversiones que el sector vinícola demanda, con largos periodos de espera para el retorno de inversión.


DÉFICIT HISTÓRICO


El problema con el déficit de uva en la entidad tiene antecedentes históricos. Entre los años sesenta y setenta del siglo pasado, Querétaro contaba con tres mil hectáreas de vid sembradas (la misma cantidad que actualmente posee Baja California, el mayor productor de vino en el país), para pasar a prácticamente cero entre la década de los años ochenta y noventa.

Se trataba en su mayoría de uva blanca y un poco tinta; una variedad Ugni Blanc, procedente de Cognac, en la región de Charente, Francia; la cual era muy productiva para producir vinos ligeros; sin embargo, la que se producía en Querétaro se utilizaba para destilar y hacer brandis
.
Cuando el mercado del brandi cae, las empresas que estaban en Querétaro se fueron, por lo que el vitivinicultor deja de tener su mercado para vender la uva y apuesta por otros cultivos.

Una vez que Freixenet arriba a México, en los años ochenta, la región estaba en pleno declive y retroceso; sin embargo, la casa vitivinícola de origen catalán llega con nuevas ideas y criterios de manejo de uva, así como nuevas filosofías, en las que en lugar de manejar viñedos para la elaboración de brandis, se manejan para vinos espumosos.

Para el municipio de Tequisquipan en particular, este cultivo formó parte importante en su historia, ya que significó tres décadas de producción de vid en esta demarcación.

En abril del año de 1961 se sembraron las primeras 120 mil plantas de vid en 80 hectáreas, las cuales fueron desembarcadas en el puerto de Veracruz procedentes de Francia.

En 1962 se incrementó el cultivo con 200 mil plantas hasta alcanzar las 600 mil en 40 hectáreas. El lugar, San José Buenavista, fue previamente seleccionado para sembrar los viñedos.

Pionera en la zona, la industria vitivinícola Sofimar introdujo las variedades de uvas conocidas como: ungi blanc, propia para la elaboración del brandy, y de la cavernet sauvignon y granache para obtener los vinos de mesa como el tinto,

ALTO COSTO DE LA TIERRA

El alto costo de los terrenos es uno de los factores que frena la actividad en Querétaro, ya que de acuerdo con estimaciones de la Asociación de Vitivinicultores de Querétaro (AVQ), los predios se venden por arriba del medio millón de pesos por hectárea, a lo que se le suma más de 500 mil pesos de inversión anual por hectárea que demanda este tipo de industria para su manutención.

"Representa costos súper hinchados porque realmente no lo valen, quienes venden creen que el viñedo es negocio y quieren su parte del pastel, pero cuando recién inicia operaciones un viñedo, éste demanda inversiones promedio de 500 mil pesos por hectárea al año, y a partir del tercer año se comenzará a producir y el vino como tal se obtiene hasta el cuarto año, con un retorno de inversión de 10 a 12 años, por lo que se considera un proyecto de vida", comentó el gerente de Freixenet México.

Por su parte, el presidente de la AVQ, Ignacio Calderón Muñoz, señaló que el número de hectáreas sembradas de vid ha ido creciendo de manera importante, ya que hace ocho o nueve años no había más de 70-80 hectáreas de uva de baja calidad en la entidad y actualmente se va en más de 350, con un pronóstico de crecimiento anual de entre 50 a 60 hectáreas, con excepción de 2015, cuando no se podrá crecer debido a la escasez de la planta de la vid a nivel mundial.

"Hay años en los que no se crece más, como será el 2015, debido a que no existe suficiente planta de calidad que se pueda vender. Tenemos que pedir con uno y hasta dos años de anticipación la planta que se va a querer, pero como asociación se está promoviendo la plantación de vid y la producción de vinos, ya que se busca que vayan de la mano", dijo.

La intención es que a futuro la producción de vino en Querétaro sea 100 por ciento queretana, con uvas de alta calidad cosechadas en la entidad, sin tener que recurrir a otros estados.

"Si lo que se pretende es levantar la región y que se reconozca por la calidad en sus vinos, se debe producir mejor uva, con un mayor cuidado y límite de producción, reduciendo el límite por planta. (Actualmente ) la calidad de vino en Querétaro es de aceptable a buena, aunque hay casas que producen vinos muy buenos", expuso.

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