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Tipografía: El valor de la letra


 
Silvina Espinosa de los Monteros
 
Según artículos de diversas publicaciones especializadas como Appelman Magazine, frecuentemente se hacen recuentos de las tipografías más empleadas por los diseñadores gráficos en la actualidad, de lo que se desprende que, hoy como nunca, se utilicen indistintamente fuentes clásicas y contemporáneas, muchas de éstas últimas inspiradas en familias de letras antiguas a las que se han cambiado algunos rasgos y se han renombrado para su comercialización.
 
Otro aspecto que resalta es que, en dichos recuentos, en su mayoría aparecen nombres masculinos como creadores de las fuentes tipográficas. Por lo que a continuación, algunos especialistas en el ramo ofrecen sus opiniones en torno a este letrado oficio.
 
Para el diseñador gráfico Eduardo Danilo, la creación de tipografías no es cuestión de género. "En las computadoras MAC (Macintosh) existe una tipografía de sistema llamada Lucida, diseñada por Charles Bigelow y Kris Holmes en 1985, la cual después ha desarrollado variantes. Otra de las más usadas, por ejemplo, es la Trajan, diseñada por Carol Twombly, a fines de la década de los 80 en el estudio de tipografía de Adobe Systems. Ella es una tipógrafa muy reconocida y ha participado junto con Robert Silmbach haciendo muchas de las fuentes que aparecen en el sistema de esa empresa".
 
Óscar Yáñez, licenciado por la UAM Xochimilco con maestría en diseño tipográfico y creador de 16 familias, señala que hoy existe "una total igualdad de género en el campo tipográfico, sólo basta revisar los representantes de la Association Typographique Internationale (ATypl), la organización mundial más importante en tipografía, en la que de 40 países representados, nueve son mujeres. Yo creo que no hay debate de género, pienso que las mujeres pronto igualarán los números, es cuestión de tiempo".
 
Del siglo XV a la fecha, "la tipografía se hizo primero en madera, luego en metal, luego otra vez madera y después vinieron procesos de impresión fotográficos, pero en cuanto llega la digitalización con el postcript de los años 80 es cuando realmente surge una revolución en el diseño de la tipografía y se multiplica", señala Eduardo Danilo. Y realiza una estimación: "De una librería mundial de alrededor de mil o mil 200 tipografías en ese momento, de pronto pasamos a 50 u 80 mil; son un mundo".
 
Como resultado del boom en este ámbito, la forma de comercialización también cambió. "Décadas atrás -explica Manuel Brito, tipógrafo que labora en la industria editorial- se vendían discos con las tipografías que uno requería, pero hoy en día se compran a ciertos proveedores por internet, previo depósito del importe. Cada familia tipográfica cuesta alrededor de 90 dólares, pero también hay fuentes gratuitas de dominio público".
 
Puesto que hay de familias a familias, Danilo -quien se desempeña en el área de diseño tipográfico dirigido a medios masivos como periódicos, revistas e internet, además del diseño de imagen visual para empresas- advierte que, en su experiencia, el precio de una licencia tipográfica por una familia básica con cuatro o seis estilos (regular, cursiva y bold, por nombrar algunos), puede elevarse hasta 250 dólares, ya que el proveedor designa el monto dependiendo de la cantidad de usuarios que la empleen.
 
Hoy en día contamos con aplicaciones que no existían hace 30 años, como la tipografía en movimiento, lo cual, asevera Danilo, "implica diseñar para espacios como el cine, el video y la multimedia, en general. Las reglas han cambiado".
 
"Al igual que todas las industrias relacionadas con el arte y la creatividad -concluye- el reto que tenemos, por un lado, es combatir a la piratería y, por otro, mantenernos al ritmo del avance tecnológico tanto móvil como digital."
 
¿Quiénes las venden?
 
Entre los grandes proveedores de fuentes tipográficas se encuentran empresas como Adobe, Font Bureau, Font Font, Linotype, Monotype, aunque también figuran un gran número de pequeñas empresas que proveen esta clase de productos. Por otra parte, existen retailers como www.myfonts.com, donde se pueden adquirir fuentes de todas partes del mundo, incluyendo las desarrolladas por las casas de tipografía más conocidas.
 
¿Quiénes las compran?
 
Las casas tipográficas venden sus fuentes al mercado de diseñadores tanto editoriales como del mundo de la publicidad. Los diseñadores o creativos de estas agencias trabajan, a su vez, con empresas de medios masivos como periódicos y revistas o corporativos empresariales, a fin de crear la imagen visual de una marca; de ahí que éstos adquieran las licencias de las fuentes tipográficas para sus clientes o que ellos las compren directamente con los proveedores.
 
"Cuando se escoge una fuente tipográfica, generalmente se escribe la palabra Hamburgo en el idioma que sea. Por una razón: ésta contiene astas o palo recto como el de la "h" o la "b", que se prolongan hacia arriba y también astas descendentes como la "g", además de una letra redonda como la "o". Pero, sobre todo, se escoge esta palabra porque tiene la letra "g". Si tú comparas una tipografía con otra, vas a ver que la "g" nunca es igual. Puede que sean parecidas las bes, las eles, las aes, pero la "g" es una letra por la que se puede identificar una fuente tipográfica".
Roberto Ruiz Zavala, autor de El libro y sus orillas. Tipografía, originales, redacción, corrección de estilo y de pruebas (FCE).
 
"Las fuentes tipográficas se diseñan como cualquier proyecto de diseño, con características específicas, requisitos de anatomía, funcionalidad y operatividad; muchas veces el cliente mismo no sabe esto con precisión, así que es trabajo del diseñador de tipografía hacer las preguntas correctas para identificar estas características en el proyecto de diseño, hacer su investigación y diseñar una solución que resuelva las necesidades del cliente."
Óscar Yáñez. Su trabajo tipográfico y las más de 30 publicaciones periódicas en las que ha participado, han sido reconocidos con premios de la Society of News Design, la Society of Publication Design, Communication Arts, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) y la Bienal de Tipos Latinos.
 

 
 

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