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Sugiere KPMG IVA a alimentos y medicinas para elevar recaudación


 
Notimex
 
La consultora internacional KPMG consideró que los alimentos y las medicinas deberían gravarse con el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en México, porque con ello habría mejor recaudación, a largo plazo podría bajarse el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y habría más recursos para invertir en infraestructura.

En un documento del área de Impuestos Indirectos de KPMG en México, la firma señala que la tendencia internacional es privilegiar los impuestos indirectos.

Según un análisis hecho por KPMG en 75 países al gravamen sobre la enajenación de alimentos y medicinas, se observa que en la mayoría de los países (66% de la muestra) se grava con IVA los alimentos y medicinas, ya sea con una tasa general o una reducida.

La mayoría de los países aplica una tasa reducida a alimentos y medicinas mejorando los bajos niveles de recaudación fiscal en concepto de IVA y, por otro lado, reduciendo el impacto económico y político de una medida de este tipo sobre la sociedad.

El análisis muestra que entre los países que aplican una tasa reducida, la promedio es de 9.0 por ciento para alimentos y de 7.0% para medicinas.

"Considerando que la muestra incluye países desarrollados, emergentes y en vías de desarrollo, una tasa que se situara entre 7.0 y 9.0% estaría dentro de los parámetros aplicables a nivel global".

Para el caso mexicano, continua, el predominio de los impuestos indirectos y su aplicación sobre insumos básicos debe asumirse al menos desde dos puntos de vista, el primero se refiere a las políticas públicas, y otro a los aspectos técnicos y las ventajas que representan para la Secretaría de Hacienda y los contribuyentes.

En opinión de KPMG, existen tres razones por las cuales considera que los alimentos y medicinas se deberían gravar en México.

La primera es que, desde el punto de vista técnico, los impuestos al valor agregado son más simples de entender, recaudar y supervisar, y menos volátiles puesto que no necesitan los ajustes, deducciones y excepciones de otros gravámenes.

Además, el IVA tiene un incentivo para que los diferentes eslabones de la cadena productiva documenten las operaciones, puesto que a partir de ellas pueden compensar los impuestos pagados con los cobrados.

De esta manera, afirma, para los empresarios es más interesante operar en el sistema formal, donde se obtienen comprobantes con validez fiscal, lo que ayuda a combatir la informalidad y la evasión.

La segunda razón es que uno de los beneficios de elevar la recaudación, gravando de manera efectiva con el IVA alimentos y medicinas e incorporando a nuevos contribuyentes, es que con el tiempo se podrían plantear potenciales disminuciones en la tasa del ISR.

Así, aumentar los impuestos al consumo repercute en una reducción del ISR, lo que tiene la ventaja de darle a las empresas más capital de trabajo y para inversión, lo que acelera la formación de riqueza y la creación de empleos, como en la tendencia internacional.

La tercera razón se relaciona con que el objetivo central de aumentar la recaudación fiscal es hacer más y mejores inversiones en infraestructura, educación, salud, vivienda y otros servicios públicos, que van de la mano con un aumento en la competitividad de las personas y de la economía en su conjunto.

Un cambio de esta naturaleza permitiría ampliar la base de contribuyentes y gravar los consumos de quienes en el presente están en la economía informal y no contribuyen ni al ISR ni al IVA, aunque sí utilizan servicios públicos, sostuvo.

La firma comenta que los impuestos sobre el consumo tienen ventajas adicionales como fuente de ingresos fiscales, ya que la recaudación derivada de los mismos es más previsible y estable.

"El hecho notorio es que estos impuestos indirectos, con sus diferentes modalidades, se han estado consolidando en países comparables con México", subraya.
 

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