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Singapur busca en el subsuelo espacio para crecer


 
Calvin Yang
 
 
SINGAPUR.-  Singapur, con un poco menos de extensión territorial que la Ciudad de Nueva York, se está quedando sin espacio para sus 5.4 millones de habitantes.
 

La ciudad-estado ha construido hacia arriba, con edificios de departamentos que llegan a los 70 pisos, reclamado propiedades subutilizadas para vivienda y extendido las líneas costeras en busca de más tierra utilizable.
 

Pero como una de las ciudades más atestadas del mundo y con proyecciones de 1.5 millones de habitantes más en los próximos 15 años, las opciones de Singapur son tan limitadas como su espacio.
 

Así que Singapur está considerando una solución novedosa: construir bajo tierra para crear una extensa ciudad interconectada, con centros comerciales, centros de transporte, espacios públicos, enlaces peatonales e incluso carriles para ciclistas.
 

"Singapur es pequeño y ya sea que tengamos 6.9 millones o no, siempre hay necesidad de encontrar espacio terrestre nuevo", dijo Zhao Zhiye, el director interino del Centro Nanyang para el Espacio Subterráneo en la Universidad Tecnológica de Nanyang.
 


"La utilización del espacio subterráneo es una opción para Singapur".
 


Las restricciones de altura impuestas en áreas en torno a bases aéreas y aeropuertos han evitado que los desarrolladores construyan proyectos más altos. Y hay un límite a cuánta extensión puede reclamarse al océano; hasta ahora representa una quinta parte del espacio de Singapur pero es vulnerable a los crecientes niveles del mar causados por el cambio climático.
 


El hacinamiento ha conducido al cierre de varias antiguas propiedades y campos militares para hacer espacio para desarrollos residenciales e industriales.
 


La construcción subterránea no es nueva en Singapur. Unos 12 kilómetros de autopistas y unos 80 kilómetros de vías de tránsito están bajo tierra. Los sistemas de drenaje subterráneos y los túneles de servicios públicos son elementos comunes debajo del paisaje urbano.
 


Ahora Singapur está yendo más lejos, y comenzó a trabajar en un enorme búnker petrolero subterráneo llamado Jurong Rock Caverns. Cuando esté terminado, liberara unas 60.7 hectáreas de terreno, un área equivalente a seis plantas petroquímicas.
 


Otro proyecto en la mesa es la Underground Science City, con 40 cavernas interconectadas para centros de datos y laboratorios de investigación y desarrollo que darían sustento a las industrias biomédica y de ciencias de la vida.
 


El centro de ciencias, con unas 20.2 hectáreas que se ubicarían 30 pisos por debajo de un parque de ciencias en el oeste de Singapur, albergaría a unos 4 mil 200 científicos e investigadores.
 


"Muchas instalaciones pueden estar bajo tierra si se utiliza completamente el espacio subterráneo", dijo Zhao. "Al principio habría un problema sicológico, pero gradualmente la gente puede superar la idea de trabajar y vivir bajo tierra".
 

Los proyectos subterráneos pueden ser tres o cuatro veces más costosos que los proyectos en la superficie debido a los costos de construcción más altos y la necesidad de extensas investigaciones del suelo.
 

En un reciente post en su blog, Khaw Boon Wan, el ministro para el desarrollo nacional de Singapur, señaló los extensos pasadizos peatonales y centros comerciales en Japón y Canadá.
 

Citó las posibilidades en Singapur de crear centros de transporte subterráneos, enlaces peatonales, carriles para ciclistas, plantas de servicios públicos, instalaciones de almacenamiento e investigación, usos industriales, áreas comerciales y otros espacios públicos.
 

"Entre más pronto comencemos este proceso, más rápido aprenderemos y más fácil sería para nosotros realizar estos planes", dijo.
 

Pero la idea de trabajar y vivir bajo tierra se ha topado con cierto escepticismo entre el público.
 

"A lo largo de los años, muchos de nosotros nos hemos trasladado de las kampongs a vivir en departamentos del gobierno en rascacielos", dijo Joseph Tan, un contador retirado de 69 años de edad, refiriéndose a las aldeas malayas tradicionales.
 

"Justo cuando finalmente nos hemos adaptado a vivir en estos edificios residenciales, hay planes para que vivamos bajo tierra. A mi edad, simplemente espero vivir cómodamente".
 

David Ong, un ex maestro, dijo que la generación mayor podría no sentirse cómoda con el concepto de la vida subterránea, en parte por superstición.
 

"¿Por qué irse a vivir bajo tierra?", preguntó. "Sólo los muertos regresan a la tierra".
 

La tendencia hacia sepultar la infraestructura ha llevado a los planificadores urbanos a pensar en grande, conforme consideran si más actividades pudieran realizarse bajo tierra. Algunos proyectos como la excavación de túneles subterráneos y Jurong Roc Caverns, ya están en su apogeo.
 

En las dos universidades más antiguas de la ciudad, Nanyang y la Universidad Nacional de Singapur, estudios han identificado las áreas adecuadas para construir instalaciones deportivas, bibliotecas y salas de conferencias bajo tierra.
 

Según investigadores de ambas instituciones, los estudiantes podrían un día nadar en una piscina subterránea o ver una película en una sala de cine subterránea. Pero incluso con los proyectos actuales, el desarrollo subterráneo en Singapur sigue en sus primeras etapas.
 

Zhao, uno de los investigadores detrás del estudio de Nanyang sobre el desarrollo subterráneo, dijo que es necesario hacer estudios extensos.
 

"Es una gran inversión si realmente queremos pasar a lo subterráneo, y requiere amplios estudios y una planificación cuidadosa", añadió.
 

"Por el momento, nos las arreglamos bien, pero si hay necesidad de espacio en el futuro, sabemos que hay la opción de pasar a lo subterráneo".
 

[New York Times]
 

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© 2013 New York Times News Service


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