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¿Por qué perdieron las Afores? Descúbrelo


 
Antonio Sandoval
 
En el periodo mayo-agosto del año en curso el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) registró un descalabro de 6.55 por ciento, equivalente a 2 mil 771.11 unidades.
 
Asimismo, en el mismo periodo la tasa del bono del tesoro en Estados Unidos pasó de 1.63 por ciento a 2.90 puntos porcentuales, un aumento de 127 puntos base, para el común de los ciudadanos la última cifra no nos dice nada, pero en términos de los mercados financieros es un ajuste de magnitudes pocas veces observada. De hecho, el incremento fue en su momento el más violento de los últimos 50 años.
 
Ambos indicadores, tasas y bolsas de valores, bolsas de valores y tasas, formaron en el cuatrimestre mayo-agosto "la tormenta perfecta", que explica contundentemente y por duro que parezca, las minusvalías de millones de cuentas en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR).
 
Desde la semana pasada he percibido un ánimo generalizado de indignación, y con justa razón, las minusvalías fueron cuantiosas, simplemente hagamos la resta del monto máximo de activos que llegaron a tener en sus manos durante el año las Afore, 2.07 billones de pesos, contra la cifra actual de 1.93 billones, el resultado es de menos 140 mil millones de pesos, ese es el monto de la minusvalía general, la cifra que se diluyó en el cuatrimestre mencionado. En promedio se deberían registrar minusvalías cercanas a los 3 mil pesos, pero desde luego existe gente que registra cifras más cuantiosas.
 
Disculpe usted la mala comparación, pero lo que sucedió en términos de las minusvalías es como la serie de tormentas que asolaron la semana antepasada y pasada una parte importante de nuestro territorio nacional, arrasaron con todo, sin miramientos, sin distinciones, aunque debemos reconocer que al igual que las tormentas, en el caso de "la tormenta perfecta" los mayores damnificados también se registran entre la gente más desprotegida, los que menos tienen, los que más necesitan y se les quita lo poco que les queda.
 
Una "tormenta perfecta" como la registrada recientemente nos debe obligar a la reflexión, existe mucha gente indignada, con justa razón, que se pregunta la razón de porque los expertos no lo previeron.
 
No es justificación, los expertos sabían que esto iba a ocurrir, pero no podían imaginarse cuándo ni la magnitud, fueron cuatro años de plusvalías, en muchos casos muy importantes, saben perfectamente la forma en que operan y reaccionan los mercados, pero de vez en vez se presentan a lo largo de la historia financiera global ajustes insospechados, movimientos fuera de lo común, "correcciones" que rebasan toda expectativa, es algo parecido a un terremoto, por inesperado.
 
Septiembre pinta para ser un mes de plusvalías, desde luego que serán insuficientes para recuperarse, pero es una buena oportunidad para que los fondos de pensión se rehagan, nos guste o no estamos atados, somos inversionistas y lo que recibimos por estos días en el estado de cuenta individual, es la prueba de que como tales estamos expuestos, muchas veces a correcciones imperceptibles, otras  grandes fluctuaciones favorables, y otras más a "tormentas" devastadoras.
 
 

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