Esteban Rojas H.
El lunes prevaleció un cauto optimismo, lo que favoreció que el peso cortara una racha perdedora de dos días en la que había acumulado una caída de 1.32 por ciento, y el tipo de cambio se volviera a colocar por debajo de la barrera psicológica de las 13.00 unidades.
El dólar, con liquidación a 48 horas, cerró en 12.9885 unidades a la venta, de acuerdo con datos publicados por el Banco de México. En el día, el peso avanzó 8.15 centavos, es decir, 0.62 por ciento.
Desde el punto de vista del análisis técnico, el tipo de cambio sigue dentro de un canal estrecho, acotado en la parte alta en 13.11 pesos y en la baja en 12.77 pesos.
En el plano interno, algunos fundamentales económicos de México deberían de contribuir a limitar el potencial de apreciación del peso. En este sentido, se puede ubicar a datos como el de confianza del consumidor, el cual se desplomó a mínimos no vistos en casi dos años.
Una moneda demasiado fuerte puede enfriar el dinamismo del sector exportador e incrementar la competencia de productos importados en el mercado interno, lo que diluiría en parte a los estímulos provenientes de la política monetaria y del mayor gasto público.
En el arranque de la semana, la moneda nacional aprovechó la coyuntura de debilidad de dólar en el mercado internacional.
El billete verde se tomó un respiro en su carrera alcista, frente a una canasta de seis divisas, la cual mantenía desde el 25 de octubre.
Dentro de lo destacado, se encontró una moderada recuperación del euro, al volver a colocarse por arriba de 1.35 dólares. Con este comportamiento, por el momento, se alejó de mínimos de seis semanas.
La moneda comunitaria encuentra un soporte ante el dólar en el rango de 1.3474 a 1.34, en tanto que su resistencia clave está en 1.3832 unidades.
El alza del euro observada en este inicio de la semana puede ser efímera ante la especulación de que el Banco Central Europeo flexibilizaría su política monetaria el próximo jueves. Algunos participantes del mercado estiman una reducción de un cuarto de punto en la tasa de referencia, actualmente en 0.50 por ciento, en tanto que otros apuestan a una rebaja en la tasa de depósitos.
La expectativa de una mayor flexibilización de la política monetaria en el Viejo Continente no coincide con las señales de una recuperación y de una pronta salida de la fase recesiva, por lo que es probable que las cosas se mantengan como están.
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