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OPINIÓN: Gabriel Casillas llega al El Financiero


 
 
Perspectiva Global
 
El inesperado cambio de discurso del Fed
 
En días recientes, los mercados financieros internacionales y locales han reaccionado de una manera violenta y se han registrado pérdidas importantes en una gran cantidad de activos financieros.
 
 
Esto se debió principalmente a que los participantes de los mercados no esperaban que el comité de política monetaria del Banco de la Reserva Federal (Fed) en EU comenzara a señalar la posibilidad de retirar el estímulo monetario, con una economía que no ha reflejado una fortaleza significativamente mayor a la del último trimestre de 2012, cuando el Fed decidió implementar el tercer estímulo cuantitativo (o QE3).
 
En este sentido, creo que existen cuatro motivos de preocupación por los que los participantes del mercado no estaban esperando una reducción de estímulo monetario tan pronto como en este año: (1) si bien la tasa de desempleo ha disminuido considerablemente de niveles superiores a 9% hace unos años a 7.6% actual, esta reducción se ha llevado a cabo en su mayoría por una disminución en la tasa de participación de los trabajadores, en lugar de ser por una aceleración en la generación de empleos.
 
Es decir, que amas de casa, por ejemplo, que tenían un empleo antes de la crisis de Lehman, o personas que se querían retirar hace algunos años y que han estado buscando trabajo, sin encontrarlo, ahora se han frustrado y no buscan emplearse más; (2) en el mercado inmobiliario los precios de las casas han parado de caer e inclusive hemos observado un ligero repunte.
 

Los inicios de construcción de casas y las ventas tanto de casas existentes como nuevas han aumentado. No obstante lo anterior, esta mejoría en los indicadores no ha venido acompañada por un repunte en el crédito hipotecario, por lo que no es necesariamente sostenible, máxime si ahora han estado subiendo las tasas de préstamos hipotecarios; (3) la inflación, medida con el deflactor del consumo (o PCE core), se encuentra alrededor de 1.1%, muy por debajo del objetivo del Fed de 2%, y (4) a pesar de que la incertidumbre fiscal -generada por los legisladores estadounidenses- parece haber quedado atrás y que se percibe que la economía ya absorbió el aumento de impuestos que se implementó a inicios de este año, todavía faltan efectos negativos derivados del recorte de gasto de gobierno (sequester), que todavía no se han observado y que sin duda se harán presentes en la segunda mitad del año.
 

Hacia adelante, habrá que ver si realmente la economía estadounidense repunta de una manera sostenible y el Fed puede llevar a cabo el retiro del estímulo cuantitativo.
 

Si es así, será bueno para la economía mexicana -a pesar del incremento de las tasas de interés, la caída de la bolsa y la depreciación del tipo de cambio-, ya que significará que la actividad económica en México también se fortalecerá.
 

Irónicamente, si no se cumple el pronóstico del Fed, también puede ser bueno para México porque continuará el estímulo monetario y los inversionistas seguirán depositando su confianza en activos mexicanos.
 
*Director General de Análisis Económico de Grupo Financiero Banorte.
 
Las opiniones que se expresan en el artículo no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, por lo que son responsabilidad absoluta del autor.
 
 
 
 
 

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