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“No tenía que volver a trabajar, pero…”


 
 
Dalia de Paz
 
 
El guatemalteco Luis Von Ahn, creador del Captcha, uno de los sistemas antispam más usados en el mundo, tenía la vida resuelta después de vender ESP Game y Recaptcha, pero quería más.
 
 
 
"Acaba de vender mi segunda compañía (Recaptcha) a Google, hace como 3 años, y estaba en un momento muy afortunado en mi vida porque no tenía que volver a trabajar, pero quería hacer algo que realmente ayudara, como lo es el tema de la educación", compartió Von Ahn en entrevista con EL FINANCIERO previo a su conferencia de este viernes en el Campus Party.
 
 
"Decidí concentrarme en el aprendizaje de otros idiomas, de tal manera que hubiera acceso para todos, sin importar su nivel socioeconómico; lo interesante de esto es que hay mil 200 millones de personas aprendiendo idiomas en el mundo, alrededor de 800 millones de ellas están aprendiendo inglés y tienen un nivel socioeconómico bajo".
 
 
La plataforma que diseño es Duolingo.com, disponible para web, iOS y Android y en el cual el usuario puede aprender otros idiomas de forma gratuita por medio de juegos; además, traduce sin costo distintas páginas web y ofrece un servicio de traducción para empresas.
 
 
Hasta el momento, esta propuesta ha cautivado a más de 6 millones de usuarios, de los cuales un millón la usan a diario por 30 minutos.
 
 
"Después de enseñar un concepto a las personas, si quieren practicar, ayudan a traducir un documento del mundo real que contiene la lección. Y esa traducción se la vendemos a alguien", explicó.
 
 
Captcha, un mal necesario
 
 
Von Ahn está consciente que muchos odian el Captcha, esas letras distorsionadas que aparecen a la hora de crear un correo o realizar alguna compra en línea y que se aseguran de que seas un humano y no un robot.
 
 
"Sé que a nadie le caen bien, pero son un mal necesario, sin ellas la web e Internet serían menos seguros, tendríamos más spam y problemas".
 
 
El código Captcha (Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart) marca una frontera que un humano puede descifrar, pero frente a la cual una máquina se queda parada.
 
 
La prueba se basa en la incapacidad de un robot para descifrar una imagen con caracteres que no correspondan exactamente con los patrones de lectura para los que fue programado. Cada día 200 millones de estos acertijos son resueltos.
 
 
"Un día, comencé a sentirme mal, porque cada Captcha representa 10 segundos perdidos del tiempo de las personas", compartió, por lo que en 2007 lanzó el reCaptcha, el cual tiene una doble función.
 
 
Este sistema no sólo ayuda a la seguridad de un sitio específico, también ayuda a la digitalización de documentos impresos, pues al escanearlos hay palabras que quedan 'borrosas' y que no pueden ser interpretadas correctamente por los sistemas y quedan guardadas como imágenes, no como caracteres. Cada una de estas palabras se transforma en un código Captcha que un humano sí puede interpretar.
 
 
"Nosotros no solo ingresamos caracteres para acceder a un sitio, sino que ayudamos a digitalizar el conocimiento", destacó Von Ahn.
 
 
Este pionero de la computación dará el viernes a las 12:00 horas en el Campus Party la conferencia magistral "El futuro de la educación en línea".
 

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