Esteban Rojas H.
Los indicadores de ahorro en México se han disparado a pesar del dinamismo económico a la baja.
De acuerdo con las cifras de agregados monetarios reportadas ayer por el Banco de México (Banxico), el saldo nominal del ahorro financiero escaló a un máximo histórico de 10.5 billones de pesos en agosto.
Asimismo, el saldo del ahorro voluntario se colocó en 6.16 billones de pesos, monto jamás visto desde que se lleva el indicador.
Este tipo de ahorro, el voluntario, registró una tasa de crecimiento real anual de 6.5 por ciento, con lo que detuvo seis meses de desaceleración e incluso tuvo su mayor dinamismo en un año.
La aceleración del ahorro voluntario se debió en buena parte a los avances en la intermediación financiera, al incremento de cuentas en instrumentos diversos, así como al descenso de la inflación que permitió que los ahorradores aceptaran menores tasas de rendimiento.
La participación relativa del ahorro voluntario dentro del total fue de 58.61 por ciento en agosto, cifra mayor al 56.97 por ciento que presentaba en el mismo periodo del año anterior.
Dentro del ahorro nacional, destaca el pobre desempeño que refleja el denominado ahorro obligatorio, representado básicamente por los fondos de pensiones.
Estos recursos se ubicaron en un saldo nominal 2.39 billones de pesos en agosto, cifra inferior al máximo histórico de 2.49 billones reportado en abril del presente año.
Incluso, el ahorro obligatorio registró tasas reales de crecimiento anual negativo por dos meses consecutivos, algo que sucede por primera ocasión en la historia del sistema.
Dentro de la información del Banco de México, sobresale la pérdida de dinamismo del ahorro proveniente de los extranjeros, al presentar un crecimiento de 17.7 por ciento en términos reales en agosto de este año, abajo del 35.4 por ciento en el mismo mes de 2012.
El ahorro proveniente del exterior suma un saldo de 1.96 billones de pesos, menor al máximo histórico de 2.17 billones de abril. Este tipo de recursos tiene una participación relativa de 22.73 por ciento con respecto al total.
El gobierno y las instituciones financieras privadas tendrían que trabajar, de manera creativa, en el diseño e implementación de novedosos instrumentos de captación que posibiliten compensar el ahorro proveniente del exterior, sobre todo en caso de que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos modifique su política monetaria y con ello se generen menos flujos foráneos.
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