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México debe privatizar Pemex para evitar humillación: The Washington Post


 
 
Redacción
 
 
México podría sufrir una humillación si se vuelve importador neto de combustibles fósiles, por lo que debe abrir la industria petrolera y privatizar Pemex, afirmó el Washington Post en su editorial de este jueves.
 
 
"Todo funcionaba bien cuando la compañía tenía abundantes reservas fáciles de extraer en aguas someras en el Golfo de México. Pero eso se está secando y la realidad ha, finalmente, llegado a la burbuja de Pemex. Su producción ha caído en un cuarto en la década pasada. México podría sufrir la humillación de convertirse en un importador neto de combustibles fósiles", señala la publicación.
 
 
Ante este escenario, el rotativo estadounidense asegura que la mejor opción para la clase política mexicana es abrir el negocio petrolero.
 
 
"La mejor opción para los líderes de México es abrir el negocio petrolero, reducir la dependencia del estado a los ingresos petroleros y privatizar Pemex, forzando a la compañía a competir contra astutas compañías extranjeras sujetas a regulaciones coherentes y a regímenes fiscales razonables".
 
 
El diario destaca las propuestas de las diferentes fuerzas políticas para reformar el sector energético.
 
 
"Aunque Pemex ha sido políticamente intocable por décadas, ahora los partidos políticos más importantes quieren reformarlo de alguna forma", afirma.
 
 
"El Presidente Peña Nieto presentó su iniciativa la semana pasada para alterar la constitución y levantar algunas restricciones sobre la producción de petróleo, lo que parece factible políticamente. Esa es la buena noticia".
 
 
La iniciativa de Peña Nieto planteó los contratos de utilidad compartida con empresas privadas, en las que empresas extranjeras podrían aportar capital a cambio de un porcentaje de las ganancias.
 
 
En tanto, la propuesta del PAN propone concesiones, en donde el privado es propietario tanto de las reservas como de la producción a través también de reformas constitucionales, mientras que el PRD no propone contratos con privados ni modificar la constitución.
 
 
"Aún así, cualquier reforma es mejor que nada", puntualizó el Washington Post.
 

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