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Maíz transgénico daría competitividad a México


 
Roberto Arteaga
 
Aunque el maíz es parte fundamental de la dieta del mexicano, éste se produce muy poco en el país, de hecho, durante el 2012 México importó 10 millones de toneladas de grano a Estados Unidos, equivalentes a 40,000 millones de dólares.
 
Esta situación podría revertirse con el uso comercial del maíz transgénico, según explica Alejandro Monteagudo, director general de AgroBio, una asociación civil que agrupa a desarrolladores, productores y comercializadores de productos transgénicos.
 
"Ya se reconoce que el campo mexicano está produciendo a la mitad de su potencial; ya se reconoce que se debe de hacer algo y también, se reconoce la necesidad de tecnificar al campo para hacerlo más productivo", explica Monteagudo, en entrevista con El Financiero TV.
 
La apuesta, en este sentido, es la biotecnología agrícola, que de acuerdo con el entrevistado, podría hacer más productivo al campo y por tanto, más competitivo.
 
Hay que recordar que en 2007, México inició pruebas piloto de la siembra de maíz transgénico y para el 2009, se empezaron a hacer pruebas experimentales, de corte investigativo y académico, para comprobar y documentar sus ventajas y desventajas.
 
"El maíz lleva una moratoria de 11 años, hay 3 etapas regulatorias que se tienen que agotar para llegar a la comercialización: nos encontramos en la liberación de la siembra comercial", dice Monteagudo.
 
Es decir, que se espera que antes de que termine el mes de enero de este año, la Sagarpa y la Semarnat autoricen los primeros permisos para el cultivo comercial de maíz transgénico en las regiones de Tamaulipas y Sinaloa.  De autorizarse, se echaría a andar un programa piloto en otras regiones.
 
"El potencial que tiene para nuestros productores es algo muy prometedor: hemos podido documentar y demostrar que se podría incrementar la producción de 15 a 20%, dependiendo de la región y otras circunstancias", agrega Monteagudo.
 
Sin embargo, asociaciones de intelectuales y organizaciones ambientalistas se siguen manifestado en contra del uso de granos genéticamente modificados, ya que, aseguran, podría perjudicarse el medio ambiente y ponerse en peligro la coexistencia de cultivos tradicionales de maíz.
 
Lo que quizás olvidan, es que las 10 toneladas de grano que se importan de Estados Unidos son maíz transgénico, lo que significa que los mexicanos ya lo consumimos, pero con la desventaja de que no lo producimos aquí.
 
No es el único
 
Meses antes, el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) ha exhortado a las autoridades federales para que liberen los permisos correspondientes para la fase comercial de maíz transgénico.
 
Hay que considerar que desde hace 15 años, el maíz transgénico se siembra en más de 20 países y en cerca de 50 millones de hectáreas.
 
No sólo se trata de levantar el campo como negocio, sino de tener una alternativa ante las bajas temperaturas, las sequías y la cada vez mayor cantidad de alimentos que se necesitan para combatir el hambre, según explica el CNA.
 

Los riesgos
 

A través de un programa piloto, Monetagudo de AgroBio, asegura que se han podido detectar los posibles riesgos al medio ambiente, hasta de 50%, que ya se pueden reducir.
 
Las pruebas y evaluaciones se han hecho, según explica, en el norte del país:  Chihuahua, Sonora, Tamaulipas y la comarca Lagunera.
 

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