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Los gestores de fortunas van tras los nuevos tec-millonarios


 
 
 
Vanessa Kortekaas y Jonathan Moules
 

El tercer piso de una bodega remodelada en el este de Londres no es el lugar más común para hallar clientes del Banco de la Reina.
 
Pero un coctel sólo para emprendedores es sólo una más de las formas en que los gestores de fortunas –como el servicio de banca privada Coutts- están ampliando sus horizontes para enganchar a la siguiente generación de millonarios de la tecnología.
 
Los administradores de inversiones en el Reino Unido están cambiando la champaña y el golf por cubetas llenas de cervezas y palomitas de maíz en platos de cartón con el objetivo de reunirse a hablar de tecnología con aquellos a quienes desean representar.
 
"(Los emprendedores) difícilmente se dejan impresionar por sujetos envueltos en abrigos y servicios a la antigua", dijo Ian Ewart, director de productos, servicios y mercadotecnia en Coutts.
 
"Tienes que entender su negocio, tienes que ser capaz de conversar con ellos sobre tecnología en crecimiento", añadió.
 
Coutts está entre las administradoras de fortunas que buscan clientes en el barrio londinense de Shoreditch, el hub de start-ups tecnológicas que el gobierno ha bautizado como Tech City, y que los emprendedores locales han bautizado burlonamente como "Silicon Roundabout" ( en referencia a Silicon Valley).
 
Desde que el Primer Ministro lanzara la iniciativa Tech City en 2010 para apoyar a las start-ups, el número de compañías digitales en el área ha crecido de 200 hasta entre mil 300 y 3 mil, según diversas estimaciones.
 
Los 40 millones de dólares que Twitter pagó por TweetDeck son una señal del potencial de riqueza que tiene el área.
 
Entre las compañías más exitosas en el cluster están King.com, uno de los mayores productores de juegos para Facebook, que actualmente está considerando presentar una Oferta Pública Inicial (OPI) en Nueva York, y Mind Candy, creador de la súperpopular red social para niños, Moshi Monsters.
 
Chris Cole, socio senior en la administradora de fortunas Towry, dijo que los emprendedores de Tech City "pueden terminar con más capital de lo que hubieran imaginado, lo que significa que requieren de asesoría financiera".
 
Cole indicó que Towry busca asesorar a potenciales clientes en "etapa embrionaria", con la esperanza de que luego entren al negocio o se enlisten en los mercados y se conviertan en clientes fijos, para lo que requieren una inversión mínima de 250 mil libras esterlinas.

No obstante, añadió, existe poca certidumbre sobre qué emprendedores serán exitosos.
 
"Por todos los Googles y Apples que conocemos, habrá cientos de compañías en el camino que se irán así como llegaron", dijo.
 
Además, los gestores deben convencer al talento joven en Tech City de que ellos son los asesores perfectos para su negocio.

Nutmeg, una administradora de fortunas vía web con inversiones mínimas de mil libras, señaló que su servicio online le da un punto competitivo para atraer a ese tipo de clientes.

"La oportunidad para nosotros es decir que operamos en su misma longitud de onda. Cada negocio en el sector (de la administración de fortunas) en los últimos 200 años se ha promocionado con base en el servicio personal y en el conocer hasta el nombre del perro de tu abuela. Eso es bastante irrelevante para la mayoría de los emprendedores tecnológicos", dijo Nick Hungerford, director ejecutivo de Nutmeg.

Kirk Wylie, quien trabajó en start-ups en Silicon Valley antes de mudarse a Londres para fundar Open Gamma, que vende tecnología de administración de riesgo para bancos de inversión y similares, dijo que recibe llamadas de gestores de fortunas cada semana.
 
Su negocio apenas lleva tres años y está cerca de lograr ganancias después de tres rondas de financiamiento.

"Una vez que ya has pasado por dos rondas de financiamiento, te ponen en una lista y empiezas a recibir llamadas", contó.
 
Ser perseguido por administradores de riqueza es común en la costa oeste de Estados Unidos cuando un fundador alcanza cierto nivel, según Wylie, quien considera la aparición de estos personajes en la comunidad de start-ups londinense como un signo del creciente estatus de la capital.
 
"Los más listos, los administradores globales, como JPMorgan y el Silicon Valley Bank, lo hacen un proceso sin ataduras, y pasas de ser un cliente de banco a un cliente de banco privado", dijo.
 
"Los más estúpidos, usualmente con nombres que suenan dudosos y fríos, te llaman. Ellos no pasan de la recepción", finalizó.

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