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Llaman en centros de acopio a seguir brindando ayuda


Sandra Marina / enviada - Enrique Villagómez / corresponsal - Miriam de Regil
 
Pese a que la ayuda continúa fluyendo en los centros de acopio instalados en diversos puntos del país, encargados de algunos de estos sitios en la ciudad de México hicieron un llamado a la población a no bajar la guardia y a seguir apoyando a los afectados por Manuel e Ingrid.
 
El capitán Carlos Gorráez, coordinador del centro de acopio de la Secretaría de Marina, y Rafael González, coordinador de Comunicación de la Cruz Roja, anotaron que todas las aportaciones han sido muy importantes, pero coincidieron en que la emergencia sigue, pues en los albergues todavía permanecen miles de personas que no han podido regresar a sus comunidades de origen, y los que se quedaron en sus casas padecen ya del desabasto de productos básicos. "Hay además muchas comunidades incomunicadas".
 
En Guerrero, la delegación estatal de la Cruz Roja continúa enviando cientos de despensas que recibe diariamente a través de camiones provenientes de otras entidades federativas, pero principalmente del DF.
 
Susana Palazuelos, delegada de la benemérita institución en Guerrero, informó que a la fecha esta institución ha enviado más de 60 mil despensas para los damnificados de comunidades que se encuentran incomunicadas.
 
Sin embargo, lamentó que debido a derrumbes y deslaves en carreteras y caminos rurales, se ha imposibilitado brindar con mayor rapidez la ayuda humanitaria que requieren cientos de damnificados que viven en aquellas comunidades serranas.
 
Un recorrido realizado por El Financiero a través de algunas localidades de la sierra guerrerense, reveló que además de los artículos de primera necesidad que se requieren (ver lista adjunta), debido a lo agreste del sitio donde viven, la lejanía en que se encuentran y a que la creciente del río terminó con huertas y sembradíos, los pobladores esos lugares requieren también del envío de calzado, medicamentos, matas hortalizas y maíz.
 
Habitantes de los municipios de Heliodoro Castillo, Chilpancingo, Leonardo Bravo y Zumpango de Neri, que suman una población cercana a los 300 mil habitantes, explicaron que el envío de matas de vegetales significaría una ayuda menos perecedera.
 
"Agradecemos mucho la ayuda porque estamos sin nada, pero creemos que contar con matitas de jitomate, calabazas, chile, acelgas y otras verduras, nos ayudaría mucho para no iniciar de cero, a ser más productivos y seguir contando con alimento para rato", explica Rufina Romero, de 57 años de edad, habitante de Campo Morado.
 
Asimismo, los pobladores señalaron la necesidad de ser apoyados con calzado, sobre todo a los niños y hombres: "los caminos están más pedregosos por todo lo que arrastraron las aguas broncas que bajan de la montaña y del río, y los maridos son los que más se exponen a lastimarse al limpiar y reconstruir las carreteras".

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