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La locomotora estadounidense no enganchó al vagón mexicano


 
 
A lo largo de todo el año 2013 escuchamos a las autoridades del gobierno federal mencionar en sus discursos y comunicados que parte del estancamiento económico de nuestra economía se debía a la "debilidad" de la economía estadounidense; y de igual manera durante todo este tiempo, desde esta columna dijimos que eso era falso ya que la economía de nuestro vecino del norte mostraba un dinamismo que no explicaba lo que pasaba en México.
 
Desde abril apuntamos en esta columna que la meta gubernamental de crecimiento del PIB para este año no se cumpliría por el rezago en la ejecución del gasto público, por la falta de apoyo a las mipymes, por la sobrevaluación del peso frente al dólar, por la falta de un sector financiero que verdaderamente apoye a las empresas que lo requieren, por el creciente problema de subvaluación en las aduanas, el creciente déficit comercial con China que este año superará los 56 mil millones de dólares, entre muchos otros factores; pero jamás culpamos a Estados Unidos de lo que fuera a pasar este año en nuestro país. Contrariamente al discurso oficial mexicano que agarró a nuestro vecino de pretexto para justificar muchos de sus errores de política económica.
 
La realidad es que mientras que en México la expectativa es de que la economía nacional crecerá este año un 1.3 por ciento en el mejor de los casos, en Estados Unidos registran tasas de crecimiento sustancialmente más elevadas, lo que les ha permitido comenzar a "endurecer" un poco su política monetaria reduciendo el monto de la compra de bonos por parte del Banco de la Reserva Federal de dicha nación de 85 mil millones de dólares (mmdd) a 75 mmdd mensuales a partir de enero de 2014. La realidad es que este año se refrendó el hecho de que la industria manufacturera mexicana se ha desenganchado de lo que sucede en Estados Unidos en una amplia variedad de ramas y subramas industriales.
 
Y es que el Departamento del Comercio de Estados Unidos anunció que la economía de dicha nación creció a una tasa anual de 4.1 por ciento en el tercer trimestre del año a pesar de haber registrado una parálisis gubernamental de 16 días, pero fue impulsada por los inventarios privados, la inversión residencial y el consumo personal. Cabe señalar que en el segundo trimestre, el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos avanzó 2.5 por ciento.
 
Después del dato del desempeño económico estadounidense, los gobernantes mexicanos deberán buscarse otro culpable para cubrir sus errores y su falta de resultados para combatir lo que verdaderamente tiene postrada a la gran mayoría de empresas manufactureras en México.
 
Esperemos que en el año 2014 el gobierno federal mexicano construya una verdadera agenda industrial en el país, la cual se traduzca en castigos para los importadores que subvalúan descaradamente las mercancías que ingresan al país, apoyos para la internacionalización de más empresas través de instancias como Bancomext y Proméxico, mayores apoyos para aumentar la competitividad de las mipymes a través del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), un gasto público que comience a ejercerse de acuerdo al calendario y que no se toleren subejercicios del gasto ni corrupción en la ejecución del mismo, un sector financiero más proclive a prestarle a las empresas y que modere su sed de utilidades a costa del crecimiento de las empresas, y todo esto en el marco de una política monetaria que genere lo que la fiscal no ha podido hacer: incentivar la inversión productiva.
 
Si el gobierno federal deja de buscar culpables para sus errores y trabaja decididamente en favor de las empresas, entonces el año 2014 será positivo para las empresas mexicanas y entonces ya no nos importará habernos desenganchado de la locomotora estadounidense.
 
Director General GAEAP
alejandro@gaeap.com
www.alejandrogomeztamez.com 
 

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