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'Impuesto al Sol' enoja a españoles


New York Times News Service
 

ÁGUILAS, España.- Hace seis años, Justo Cruz Rodríguez, quien administra un pequeño negocio aquí de diseño de letreros, estaba buscando una forma de generar una pensión constante, aunque modesta, tanto para sí como para su padre.
 
Así que cuando el gobierno aprobó una ley que ofrecía atractivas tasas por energía solar - y las garantizaba durante los próximos 25 años -, él hipotecó su casa, la casa de su padre e incluso su taller para instalar media docena de filas de paneles solares en el jardín de su padre, con la idea de venderle su excedente de electricidad.
 
"Parecía muy seguro", dijo hace poco. "Era una garantía del gobierno".
 
Sin embargo, el gobierno español ha cambiado de opinión. Planea pagar menos, mucho menos, bajo legislación que entra en vigor este año, abandonará por completo su sistema de pago de kilowatt por hora e impondrá efectivamente recortes retroactivos en los pagos. Además, planea obligar a productores de energía solar a que paguen un impuesto por electricidad que ellos mismos generen y consuman, medida que iracundos manifestantes han llamado el "impuesto al sol".
 
España tiene buenas razones para querer emprender acciones. Enfrenta un creciente déficit - aproximadamente 40 mil millones de dólares actualmente - debido a que nunca ha transmitido el costo real de la producción de energía a sus consumidores, problema que se ha disparado con la crisis económica. Si no hace algo, ese déficit solo crecerá, destacan expertos.
 
Expertos del ramo de energía a lo largo de Europa están atentos a la acciones de España, preguntándose, sin embargo, si éstas equivalen a un desatino. Miles de inversionistas en energía solar, grandes y pequeños, sin duda enfrentarán insolvencia y dicen expertos, lo cual quizá sea un aspecto preocupante, los nuevos cargos para quienes usan su propia electricidad pudieran desatar una oleada de propietarios de paneles solares que encuentren formas de vender o usar su electricidad sin depender de la red nacional en lo más mínimo, reduciendo incluso más su base de clientes.
 
Tampoco es que el abrupto giro de 180 grados de España tenga probabilidades de caer bien entre inversionistas más adelante, dicen expertos.
 
"Cuando un gobierno cambia las condiciones de contratos existentes, ese es un mal movimiento", dijo Toby Couture, consultor de energía solar en E3 Analytics en Berlín, quien cree que el gobierno tendrá dificultades cuando quiera desarrollar sociedades pública-privadas para financiar plantas de tratamiento de agua, carreteras o tuberías, por ejemplo.
 
"Hay razones por las que vivimos siguiendo las normas del contrato", dijo. "Si sigues cambiando las reglas del juego, entonces, después de un tiempo, tus amigos ya no quieren jugar. El gobierno ha perdido credibilidad".
 
España solía estar a la vanguardia del movimiento de la energía solar. Entró con gran fuerza al negocio de la energía renovable, ganándose miles de grandes y pequeños inversionistas con sus garantías. Los expertos dicen que el país ya se ha acercado al objetivo de la Unión Europea de 20 por ciento de dependencia en energía renovable para 2020.
 
Sin embargo, los expertos dicen que el gobierno nunca previó tanta inversión y nunca ideó una forma de pagarlo. Cuando azotó la crisis económica en 2008 y la demanda de energía se desplomó, el déficit creció a una tasa incluso más acelerada.
 
Funcionarios españoles dicen que no tienen más opción ahora que reducir los pagos, que eran ofrecidos en otra época para impulsar la inversión en energía solar pero ahora son considerados excesivamente generosos, particularmente debido a que el costo de paneles solares ha bajado drásticamente en los últimos años.
 
El nuevo sistema de pagos del gobierno ha dejado a miles de inversionistas, como Cruz, de 51 años, en estado de shock.
 
"Voy a perder todo", dijo Cruz, parado cerca de los paneles que, pensaba, facilitarían su vejez. "Quedaré en la calle. A mi edad, sin hogar".
 
El gobierno también propuso recortes a otras partes del sector de energía, al tiempo que ha aplicado otras medidas para reducir el déficit de energía, incluido pedirles a los españoles que paguen más por la electricidad que consumen. Sin embargo, ninguna otra medida es tan drástica como la reducción de pagos a los casi 60 mil productores de energía solar, de los cuales 50 mil son pequeños inversionistas como Cruz, con base en la Unión Española de Fotovoltaica.
 
"Si nosotros no hiciéramos nada, la única alternativa sería ya sea la bancarrota del sistema o un aumento al precio del consumidor de más de 40 por ciento", dijo José Manuel Soria, el ministro de industria, energía y turismo, defendiendo los planes del gobierno poco después de que fueran anunciados el verano pasado.
 
Los planes del gobierno han impulsado furiosas acusaciones a lo largo del sector de energía aquí. Productores de energía solar sienten que son señalados injustamente y que más ahorros pudieran exprimirse de otros productores de electricidad. Los otros productores de electricidad en España están ofreciendo poca simpatía.
 
Dicen que las condiciones que el gobierno español estaba ofreciendo en 2007 eran tan buenas que nadie debería haber esperado que fueran a durar. "Esencialmente, estos inversionistas eran especuladores", dijo Eduardo Montes, el presidente de la Asociación Española de la Industria de Electricidad, la cual representa a los tradicionales productores de electricidad. "No era razonable esperar que se mantuviera así".
 
Bajo la nueva ley, en vez de las tarifas actuales por kilovatio-hora, el gobierno ofrecerá una fórmula enfocada a producir un dividendo de 7.5 por ciento sobre la inversión. El problema, destacan expertos, es que la base para determinar esa inversión no es clara, y parece probable que la fórmula penalice a quienes pagaron más por su equipamiento, tomaron préstamos grandes o quienes están pagando altas tasas de interés. La Unión de Energía Fotovoltaica estima una reducción en los ingresos de 30 a 50 por ciento para los productores.
 
De hecho, algunos inversionistas ya están recurriendo a los tribunales. Sus abogados dicen que la ley original garantizaba específicamente una tarifa de 58 centavos de dólar por cada kilovatio-hora durante los próximos 25 años, al tiempo que garantizaba 80 por ciento de esa suma para los años de ahí en adelante. Además, asentaba claramente que cualquier cambio en el futuro solo podría incidir sobre nuevas instalaciones.
 
"La ley fue trazada de una manera muy segura", dijo Piet Holtrop, abogado de Barcelona que representa aproximadamente a mil 200 inversionistas, que van desde individuos como Cruz hasta pequeños concejos municipales. "La gente que invirtió pensó lo que hizo. No solo estuvo poniendo su dinero en cualquier cosa. Fue una firme inversión".
 
Varios grandes inversionistas han decidido que llevaran a España ante la dependencia de arbitraje del Banco Mundial, el Centro Internacional de Conciliación de Diferencias Relativas a Inversiones.
 
Funcionarios gubernamentales se negaron a responder a preguntas sobre el tema. Están siendo ampliamente criticados por haber ideado el nuevo plan sin haber consultado con una sola de las partes afectadas y por cambiar de opinión con respecto a varios componentes en los últimos meses.
 
"El gobierno empeoró una situación de por sí mala al seguir un proceso que carecía de consulta y transparencia y, más bien, creó confusión e incertidumbre", dijo David Robinson, economista en Madrid que se especializa en política energética y quien es miembro sénior de investigación en el Instituto Oxford de Estudios de Energía.
 
Pero, con una sólida mayoría en el Parlamento, el gobierno tuvo pocos problemas para lograr la aprobación para sus principales propuestas el mes pasado, aun cuando muchos detalles estarán en claro solo cuando se publiquen nuevas reglas.
 
Algunos inversionistas dicen que responderán al plan del gobierno encontrando formas de volverse independientes. Diego Nicolás, quien es dueño de un taller mecánico en Murcia e instaló paneles solares en su garaje el año pasado, dijo que estaba considerando invertir en algunas turbinas de viento y un generador y volverse autosuficiente.
 
"Seré totalmente independiente en este momento, y no estaré sometido a su juego de números", destacó.
 
Sin embargo, esa opción no está disponible para Cruz, cuyo negocio ha sufrido enormemente en la crisis económica. Después de que, en primer lugar, el gobierno redujera su ingreso de los paneles en 2010 al limitar la cantidad de electricidad que pagaría, él renegoció las condiciones de sus préstamos. Sin embargo, terminó con una tasa de interés mayor y pagos durante más tiempo para saldar la deuda. Ahora ya renunció a cualquier sueño de que los paneles contribuirían a su retiro.
 
"No puedo ir al banco y decirles: 'Ya no voy a pagarles'", dijo. "¿Pero, el gobierno puede meramente hacer lo que quiere? A mí, eso no me parece justo".

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