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Google abre la chequera con la visión de un futuro robótico


 
© 2013 New York Times News Service
 

Si Amazon puede imaginar la entrega de libros con drones, ¿acaso es demasiado pensar en que Google podría estar planeando que, algún día, uno de los robots se bajara de un coche automatizado y se apresurara a llegar hasta su puerta para entregarle un paquete?
 
Ejecutivos de Google admiten que la visión robótica es como un "jonrón alto". Sin embargo, pareciera ser más realista que el propuesto servicio de entregas con drones de Amazon, que su director ejecutivo, Jeff Bezos, reveló en una entrevista por televisión la noche anterior al día de mayores compras en línea del año: el Cyber Monday.
 
En el último medio año, Google ha adquirido discretamente siete compañías de tecnología en un esfuerzo por crear una nueva generación de robots. Y el ingeniero que lo dirige es Andy Rubin, creador del Android y quien lo hizo ser la fuerza dominante en los teléfonos inteligentes del mundo.
 
La compañía no revela nada sobre sus planes específicos, pero la escala de la inversión, que no se había dado a conocer con anterioridad, indica que no se trata de ningún proyectito científico.
 
Al menos por ahora, el esfuerzo robótico de Google no es algo orientado a los consumidores. Más bien, los supuestos objetivos de la compañía están en las manufacturas –como el ensamblaje de aparatos electrónicos, que hoy es manual en su mayor parte– y en competir con empresas como Amazon en la venta al menudeo, según varias personas que tienen conocimientos específicos sobre el proyecto.
 
Un caso realista, según varios especialistas, sería automatizar partes de la cadena de suministro existente, que se extiende de la planta de la fábrica hasta las compañías que embarcan y entregan las mercancías en la puerta del consumidor.
 
"La oportunidad es enorme", señaló Andrew McAfee, uno de los principales investigadores en el Centro para los Negocios Digitales del MIT. "Todavía hay personas que caminan por las fábricas y recogen cosas en centros de distribución y trabajan en las trastiendas de los supermercados".
 
Google empezó hace poco a experimentar con la entrega de paquetes en zonas urbanas con el servicio Google Shopping, y podría tratar de automatizar partes de ese sistema. Ese servicio, disponible en pocos lugares, como San Francisco, ya hace entregas a domicilio para compañías como Target, Walgreens y American Eagle Outfitters.
 
"Como cualquier lanzamiento a la Luna, tienes que pensar en el tiempo como un factor", dijo Rubin. "Necesitamos suficiente pista y una visión de 10 años".
 
Rubin, ingeniero en robótica de 50 años, ha tenido desde tiempo atrás una muy conocida pasión por construir máquinas inteligentes. Antes de integrarse a Apple Computer, donde inicialmente fue ingeniero en manufacturas en los noventa, trabajó en la compañía alemana Carl Zeiss como ingeniero en robótica.
 
"Tengo un historial de hacer de mis pasatiempos una carrera", contó Rubin en una entrevista telefónica. "Es el trabajo más grandioso del mundo. Cuando eres ingeniero y reparador, empiezas a pensar en lo que quisieras construir para ti".
 
Utilizó el ejemplo de un limpiaparabrisas "inteligente" para operar cuando llueve, sin intervención humana, como un modelo del tipo de sistemas que trata de crear. Ello es congruente con una visión propuesta por el cofundador de Google, Larry Page, quien ha argumentado que la tecnología se debería desplazar donde sea posible para liberar a los humanos del trabajo monótono y de las tareas repetitivas.
 
Veterano de diversas empresas emergentes en Silicon Valley y dos veces director ejecutivo, Rubin dijo que ha ponderado la posibilidad de un esfuerzo comercial en robótica durante más de una década. Sólo hasta hace poco fue que se dio cuenta de que una gama de tecnologías han madurado al grado en el que se pueden comercializar nuevos tipos de sistemas automatizados.
 
A principios de este año, Rubin dejó el cargo de jefe de la división de teléfonos inteligentes Android en la compañía. Desde entonces, convenció a los fundadores de Google, Sergey Brin y Page, de que es el momento adecuado para tal empresa, y ellos abrieron la chequera para respaldarlo. Declinó decir cuánto gastaría la compañía.
 
Rubin comparó el esfuerzo con el proyecto del coche sin conductor de Google, que se inició en 2009. "El proyecto del coche automatizado era ciencia ficción cuando empezó", dijo. "Ahora, empieza a estar al alcance".
 
Reconoció que todavía serían necesarios avances en áreas como los programas informáticos y sensores, pero que se resolvieron los problemas de movilidad de los equipos, y el movimiento de brazos y manos.
 
Rubin adquirió secretamente un conjunto de empresas emergentes de robótica e inteligencia artificial en Estados Unidos y Japón.
 
Entre ellas están Schaft, un pequeño equipo de roboticistas japoneses que hace poco abandonaron la Universidad de Tokio para desarrollar un robot humanoide, así como la empresa emergente Industrial Perception, en Palo Alto, que ha desarrollado sistemas de visión por computadora y brazos robóticos para cargar y descargar camiones.
 
Asimismo, adquirió Meka y Redwood Robotics, fabricantes de robots humanoides y de brazos robóticos en San Francisco, y Bot & Dolly, un fabricante de sistemas de cámaras robóticas que se usaron recientemente para crear efectos especiales en la película "Gravedad". También compró una firma relacionada, Autofuss, que se concentra en la publicidad y el diseño, así como Holomni, una pequeña empresa de diseño que hace ruedas de alta tecnología.
 
Las siete compañías son capaces de crear las tecnologías necesarias para construir un robot móvil y posiblemente humanoide. Rubin dijo que está buscando hacer más adquisiciones.
 
A diferencia del futurista laboratorio X de Google, donde se investigan cosas como coches sin conductor y el Google Glass, el esfuerzo en robótica tiene el objetivo de vender productos más pronto que tarde. Todavía no se decide si será un grupo de productos nuevos dentro de Google o una filial por separado, notó Rubin.
 
El grupo de robótica de Google tendrá su sede inicial en Palo Alto, con una oficina en Japón. Además de las adquisiciones, Rubin empezó a contratar a roboticistas y está llevando otros programadores a Google para que asistan en el proyecto.
 
Si bien Google no ha detallado sus planes de robótica a largo plazo, Rubin señaló que las tecnologías robóticas actuales no están dirigidas ni al mercado de las manufacturas, ni al de la logística, y son oportunidades claras.
 
No es la primera vez que Google se aparta más allá de los típicos confines de una compañía tecnológica. Ya sacudió a las compañías del mundo automovilístico con su proyecto del coche robot.
 
Google todavía no declara públicamente si pretende vender sus propios vehículos o convertirse en proveedor de otros fabricantes. La especulación sobre las intenciones de Google se ha extendido de las flotillas de taxis robóticos que transportan personas en zonas urbanas, hasta los sistemas automatizados de entregas.

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