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En la actualidad, Gatsby no podría dejar la granja


 
Bloomberg
 
El ascenso de una granja a la riqueza del personaje de ficción Jay Gatsby se hace cada vez menos plausible, lo que plantea riesgos a las perspectivas económicas de los Estados Unidos, indican estudios.
 
La creciente brecha entre ricos y pobres, exacerbada por el estancamiento salarial, los mayores costos de la educación y 6 billones de riqueza evaporados en el derrumbe inmobiliario, hace que para los jóvenes actuales sea más difícil que para generaciones anteriores trepar en la escala del ingreso. El ex economista de la Casa Blanca Alan Krueger llamó a la relación entre la inmovilidad y la desigualdad del ingreso "La curva del gran Gatsby", haciendo referencia al protagonista de la novela de F. Scott Fitzgerald.
 
La movilidad de los trabajadores en relación con sus pares también ha declinado, lo que amenaza la productividad, la rentabilidad empresarial y el crecimiento económico, según John Silvia, economista jefe de Wells Fargo Securities LLC. Si bien la capacidad de ascender en cuanto a ingreso sigue existiendo, las probabilidades de que una familia pase de la pobreza a la riqueza declinaron en la década que terminó en 2009.
 
"Es algo que contradice lo que pensamos como país, que tenemos igualdad de oportunidades", dijo Diana Elliott, investigadora de movilidad económica de la organización sin fines de lucro Pew Charitable Trusts en Washington. "Para la generación actual de adultos, si uno crece en el sector más bajo, es mucho más difícil ascender en la escala económica".
 
Comienzos modestos

Los niños de hogares humildes tienen menos probabilidades de hacer grandes avances en lo relativo a riqueza y status social, y el 70 por ciento no llegará nunca a la clase media, según un estudio de Pew.
 
Lo contrario también es válido. Quienes están en la cima de la escala del ingreso tienen menos probabilidades de caer, un fenómeno que los economistas llaman "fijación en los extremos".
 
Los mayores ingresos han quedado en manos de los mismos hogares todos los años en la última década, mientras que la globalización les ha hecho más difícil a los estadounidenses competir con trabajadores extranjeros, según el estudio de Silvia y los economistas Tim Quinlan y Joseph Seydl.
 
La consiguiente brecha de riqueza hace que los trabajadores se muestren menos optimistas respecto de sus perspectivas, lo que alimenta la declinación de la participación en la fuerza laboral, la productividad y el ritmo de la recuperación económica, dijo Silvia, ex economista jefe de la Comisión Bancaria del Senado. La participación laboral cayó en agosto a 63.2 por ciento, el nivel más bajo en 35 años.
 
"Es muy desalentador que la gente perciba que no hay muchas oportunidades de avanzar", dijo Silvia. Recomienda brindar mayor acceso a la educación, mejorar la nutrición infantil y la educación económica, así como la "iniciativa individual".
 
Krueger, ex presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, analizó la desigualdad económica en 10 países desarrollados en relación con la capacidad de los niños de cada país de ascender en la escala del ingreso. Donde la riqueza estaba concentrada en pocas manos, los hijos de los menos afortunados tenían menos probabilidades de ascender, mostró la Curva de Gatsby.
 
En un discurso de junio, Krueger pronosticó que los Estados Unidos tendrán los mayores niveles de desigualdad e inmovilidad de esos países desarrollados.
 
 

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