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Eje de recuperación se traslada de emergentes a desarrolladas



Esteban Rojas H.

Los vientos para la economía mundial cambian de dirección apuntando hacia una gradual recuperación de las economías desarrolladas, mientras las naciones emergentes se ven envueltas en procesos de desaceleración de su crecimiento.

La agencia de estadísticas Eurostat reportó que la zona euro alcanzó un crecimiento de 0.3 por ciento en el segundo trimestre del año, respecto al primero, con lo que dio un primer paso en la ruta del crecimiento, después de siete trimestres de recesión.

Así, la zona euro ya acompaña con crecimientos positivos a otras naciones desarrolladas que lograron superar primero el bache económico, como Estados Unidos, que reportó un incremento en el PIB de 0.4 por ciento en el segundo trimestre, en tanto que en Japón subió 0.6 por ciento, con relación a los tres primeros meses del año.

De esta manera, las naciones desarrolladas recuperan parte del terreno perdido como motores del crecimiento económico mundial, después de la crisis inmobiliaria y de deuda originadas en Estados Unidos y Europa, respectivamente.

En el caso de Japón, se encuentra dentro de un proceso de recuperación, aunque todavía no logra superar del todo muchos de los rasgos de una deflación, a la cual ha estado sometido por un largo tiempo.
 
En el viejo continente es posible que la vuelta de las cifras económicas a terreno positivo no sea suficiente todavía para evitar que de manera acumulada en 2013 vuelva a presentar una variación negativa en el PIB, por segundo año consecutivo.

Las señales de mejoría implican un cierto desplazamiento del impulso económico de las naciones emergentes al mundo desarrollado, pues naciones como China, Brasil e India presentan un proceso de desaceleración, después de haber sido uno de los principales impulsores de la recuperación económica por mucho tiempo.

En tanto que México también se encuentra en un proceso similar, que lo llevará a registrar un menor crecimiento económico en este año con relación al observado en 2012. En algunos casos, las reformas estructurales empezarán a rendir resultados en 2014 y, en otros, podrían tardar en madurar un mayor tiempo.

Otra de las implicaciones del avance en economías desarrolladas es el hecho de que las políticas expansivas actuales están llegando a su fin y se está cerrando la puerta a nuevos estímulos.

El cambio en las políticas monetarias generará modificaciones en los flujos de capital que pueden provocar turbulencias en las naciones desarrolladas, sobre todo en caso de no contar con medidas preventivas para poderlas compensar.
 

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