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DF: una ciudad con subsuelo peligroso



Miriam de Regil
 

Hundimientos, grietas, contaminación y tubería fracturada son sólo algunos de los riesgos latentes que presenta el subsuelo de la ciudad de México.
 
De acuerdo con especialistas, los problemas del subsuelo capitalino se han multiplicado, pues hay obras de drenaje profundo, transporte subterráneo, pozos de extracción de agua, instalaciones bajo tierra de todo tipo, edificios más altos, contaminación, entre otros.
 
"El caso concreto del subsuelo, interconectado por todas las obras mencionadas, nos obliga a tratar de conocer el problema en todos sus detalles", anotó Nora Hugeth González de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, de la UNAM, quien además advierte que los riesgos y retos difícilmente se conocen, porque no se ven.
 
"Por lo general la contaminación se relaciona con el aire y el agua, pero también hay polución en el subsuelo de las ciudades, lo que representa un riesgo. La industria desecha de manera irresponsable sustancias contaminantes que se difunden en el subsuelo, como es el caso del cromo, y aunque se desconozcan por ahora muchas de sus consecuencias en el futuro, es posible que la difusión contaminante en el subsuelo proceda lentamente y en algún momento alcance los mantos acuíferos, situación que sería desastrosa".
 
Para Miguel Ángel Vargas, ingeniero químico, también de la UNAM, una de las principales problemáticas del Distrito Federal, en relación con el subsuelo, es el estancamiento de aguas negras, lo que requiere de la atención de las autoridades.
 
Agregó, en ese sentido, que al no haber flujo continuo sobre el drenaje y mantenimiento de lodos, hay descomposición orgánica, que es la que genera el gas metano; sin embargo, aclaró que el tema "no debe ser mal interpretado, ni llevado a los extremos, pues para que se presente una explosión se requiere una cantidad muy grande de gases".
 
De acuerdo con Ramón Domínguez Mora, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, un problema no visible y que necesita de la atención de las autoridades es el drenaje, el cual está actualmente muy fracturado y como resultado está contaminando el subsuelo.
 
Asimismo, acotó que éste resulta insuficiente para las dimensiones de la urbe, y ello ha hecho que se tengan mayores deficiencias y riesgos de inundaciones.
 
"La problemática del drenaje se ha visto agravada debido al fenómeno del hundimiento, derivado de la sobreexplotación del acuífero regional", dijo.
 

[Elaborado por El Financiero]
 
 
Materiales volcánicos
 
Por su parte, el geólogo Renato Álvarez Pasquel explicó que no se debe olvidar que buena parte del subsuelo de la ciudad de México se formó con materiales volcánicos que provienen de erupciones cercanas, y que los volcanes no suelen dar aviso de su próxima actividad y mucho menos de la intensidad con la que ocurrirá.
 
"Vale la pena detenernos un momento para señalar que no se trata aquí de crear temor hacia la naturaleza, pero sí de preguntarnos si los científicos que trabajan en geofísica cuentan con los fondos suficientes para estudiar los volcanes más importantes, como en este caso corresponde al Popocatépetl".
 
Además, enfatizó que un peligro que de alguna forma permanece oculto a nuestros ojos, pero que se agudiza día con día sin que tengamos conciencia real de la situación, es la alteración de las características propias de la contaminación del subsuelo y los mantos freáticos.
 
"Esta degradación 'silenciosa' también se ha reflejado en un atraso en la elaboración de instrumentos de prevención, control y restauración de sitios afectados".
 
Detalló que las fuentes de contaminación al subsuelo pueden ser varias, las principales son:fugas en tanques de almacenamiento y líneas de conducción de combustiblescampos agrícolas regados con aguas residuales o uso de agroquímicosfugas en alcantarillados y letrinastiraderos de residuos sólidos y peligrosossitios de disposición final mal planeados, entre otros.
 
Los hundimientos, aseguró el experto, difícilmente pueden ser resueltos, porque mientras extraigamos más agua se seguirá perdiendo presión en la arcilla y se compactará más. "Pero decir ya no la extraigan, es como pedir que ya no tomen agua. Lo que se puede hacer es realizar un estudio completo en el que se caracterice y definan los volúmenes de flujo de agua que se desplazan en subsuelo para conocer a qué profundidad podríamos extraer y así hacer un mejor manejo. La gente piensa que inyectando agua se puede resolver el problema y eso es falso".
 
El gran problema, concluyó por su parte Miguel Ángel Vargas, es que falta coordinación entre todas las instancias de gobierno vinculadas.
 
"Me parece que además de coordinación entre las autoridades, se requiere utilizar e involucrar todas las tecnologías que se tienen, además de que la población debe ser más consciente, disciplinada y cuidadosa del lugar que habita y, sobre todo, lo más importante es que existan normas eficientes".
 
 

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