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Conoce los "truquitos" para obtener privilegios en los hoteles


 
New York Times News Service

En su viaje más reciente a Phoenix, Andrew Hazelton se registró en un hotel y salió para registrarse en la habitación de otro, a unos kilómetros de distancia.
 
Hazelton, quien viaja a menudo debido a su trabajo como consultor en la distribución de películas, no es un viajero quisquilloso. Es uno de un creciente cuadro de viajeros de negocios que se esfuerzan extraordinariamente para asegurar su estatus de elite en la marca de hoteles de su preferencia.

Conozcan a los buscadores de colchones.

Un calco del término "buscadores de millas" – los inscritos en el programa viajero frecuente que solo buscan acumular puntos _, los viajes de colchón son visitas a los hoteles con el propósito exclusivo de acumular crédito para tener estatus de elite en el programa de lealtad.

Si bien los buscadores de colchones son un grupo más reducido que sus contrapartes en las aerolíneas, ejecutivos del sector dicen que están viendo un aumento en esa práctica.

"Cada vez se habla más de los viajes de colchón y no sólo del millaje", dijo Ryan Lile, un consultor en viajes corporativos que fundó el sitio web Frequent Flyer Academy. "Ha habido una disminución en el valor de los viajes de millaje en algunas aerolíneas", dijo. "De hecho, los programas de hoteles siguen proporcionando mucho valor".

Para el viajero frecuente, los incentivos pueden ser fuertes, incluida la mejoría en la habitación, alimentos gratuitos y estancias nocturnas gratis en hoteles más caros.

"Es un grupo prometedor", notó Tommy Danielsen, cofundador de Milepoint.com, un sitio de anuncios para los pasajeros frecuentes, a quienes imparte seminarios. "La gente participa más en esta cosa de las millas y los puntos".

El fenómeno ha aumentado junto con el crecimiento en tamaño y alcance de los programas de lealtad de los hoteles, dijo Scott Berman, director y dirigente del sector en Estados Unidos del grupo de turismo y recreación PricewaterhouseCoopers.

"No hay duda de que los programas de los hoteles se han vuelto relevantes y que su valor de marca hoy se mide a menudo por la fortaleza de su programa de lealtad", explicó. "No siempre ha sido el caso".

Un creciente número de tarjetas de crédito afiliadas a los hoteles brinda mayores oportunidades a los viajeros para obtener puntos que se pueden canalizar a la membresía de su programa de lealtad.

"Una de las medidas clave que analizamos es el porcentajes de noches por habitación de los miembros del SPG", dijo Chris Holdren, vicepresidente sénior del programa de huéspedes preferidos de Starwood Hoteles & Resorts.

En toda la cartera de la compañía, dijo, más de la mitad de los visitantes son miembros leales; en algunas marcas, el porcentaje salta muy arriba, a 70 por ciento.

Dado que los programa se apegan al año natural, es en noviembre y diciembre cuando los viajeros a los que les falta muy poco para tener el estatus de elite reservan viajes de colchón.

"Conforme nos acercamos al final del año, sí vemos ese comportamiento", notó Holdren.

"Vemos una corrida parecida en términos del comportamiento de nuestros miembros en contraposición con quienes no lo son", señaló Kathleen Reidenbach, vicepresidenta sénior de márquetin en Kimpton Hoteles & Restaurants.

"Estamos viendo un repunte en la actividad, conforme nos acercamos al final de la temporada".
 
Las razones de los viajeros
 
Abas Haider Ali, el director de tecnología en una empresa de programas informáticos, quien viaja por trabajo casi todas las semanas, reservó el año pasado una estancia de fin de año en un hotel en Washington para obtener el estatus de más alto nivel en el programa de lealtad de Starwood, aun cuando vive a sólo 20 minutos de la ciudad.

"La única razón para quedarme ahí es tener una bonita velada", comentó Ali. "Si realmente lo quiero hacer localmente, me puedo registrar en un Four Points Sheraton y luego irme". Sin embargo, dijo que prefiere usar el viaje de colchón para escapadas con su esposa en la localidad. Junto con la estancia en Washington, Ali hizo dos viajes de fin de semana a Filadelfia para cubrir su cuota del año pasado, con un costo total de 800 dólares.

Son dos las razones por las que los viajeros de negocios se esfuerzan tanto para conseguir el estatus de elite en los programas de lealtad: gratificaciones y noches gratis.

"Cuando tienes estatus en un hotel, te tratan en forma diferente, no hay duda al respecto", dijo Terri Lynn, dueño de una empresa de relaciones públicas en Florida. "Les cambia la voz, el tono, la forma en la que te tratan; es el día y la noche".

Durante la recesión, los hoteles acumularon extras para atraer a los viajeros. Los huéspedes llegaron a esperar mejoras en las habitaciones, desayunos gratis y ningún cobro por el acceso a internet. Ahora que repuntó el sector, los hoteles no necesitan regalar eso, así es que los viajeros de negocios necesitan el estatus del programa de lealtad para tenerlo gratis.

"Aunque los puntos y las cosas son grandiosas, también hay grandes beneficios para el trabajo", notó Ali. "Tan solo el costo por internet y desayuno te ahorra unos 25 a 30 dólares".

El otro atractivo es las noches gratis que pueden conseguir los viajeros. Los programas de lealtad en los hoteles difieren en cómo califican a los miembros para las cortesías; algunos usan sistemas basados en los puntos, mientras que otros dan las estancias gratuitas, una vez que el miembro completa cierta cantidad de estancias o estancias por una cantidad determinada de noches.

El tecnicismo, si se le puede llamar así, es que es típico que los viajeros puedan acumular crédito para conseguir esas cortesías hospedándose en marcas de menor categoría en la cartera del compañía, pero, por lo general, redimen sus noches gratis en los hoteles elegantes, hasta de lujo.

"Vale la pena quedarse por 50 o 60 dólares la noche para tener una gratis que puedo usar después en Chicago o Nueva York o Las Vegas", notó Lynn. El verano pasado, condujo hasta un hotel a una hora de su casa, se registró en una habitación de 54 dólares y sólo se quedó unos momentos.

"Entré, me eché agua en la cara, me fui y eso fue todo", contó. Gracias a una promoción en línea con la que aceleró sus ganancias, obtuvo puntos suficientes para pagar una noche en una marca más elegante en la Ciudad de Nueva York, en su siguiente viaje de negocios.
 

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