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¿Cómo son las mamás mexicanas? Sus historias


 

Miriam de Regil y Rosalía Servín

 
 Una familia integrada por dos mamás
 
Desde hace 8 años Janice Alva y Emma Villanueva comparten la maternidad, una experiencia que ambas disfrutan y califican como su mayor satisfacción.
 
A pesar de que sólo el cuerpo de una de ellas estuvo en gravidez, las dos estuvieron "100%" embarazadas de la pequeña Gala, una niña que les ha permitido ser madres, un papel que Janice asegura que jamás imaginó llevar a cabo.
 
"Al asumirme como lesbiana nuca pensé en llegar a tener hijos, sin embargo Emma vino a cambiar todo y me ayudo a quitar todas esas telarañas que había y a sacar lo mejor de mi maternidad", explicó Janice.
 
Por su parte, Emma platicó que una vez que se decidió embarazarse, empezó junto con su esposa a criar a su niña desde el vientre materno. "Practicaba yoga, mi alimentación mejoró, meditaba, cantábamos, hablábamos y dábamos masajes al bebé", lo cual contribuyó mucho a establecer desde entonces un vínculo entre las tres.
 
"Platicamos mucho", agregó Janice, quien actualmente es la encargada de la educación y cuidado de Gala, ya que Ema está estudiando la carrera de partera, labor que le demanda gran parte de su día.
 
Desde antes que naciera Gala las dos mamás comenzaron a investigar y a leer mucho respecto a la crianza de un hijo, y a conocer experiencias similares para así poder educar a su hija para que en todo momento pueda ser bien acogida por la sociedad.
 
Emma Villanueva aseguró que hasta el momento nunca han sido objeto de discriminación; "al contrario nos han aceptado y entendido muy bien", agrega.
 
A diferencia de otros hijos, apuntó Janice, Gala fue bien planeada y muy esperada. Coinciden que el éxito ha sido el diálogo constante y las negociaciones de pareja a la hora de criar.
 
Ser madre, concluyó Emma, ha sido una experiencia maravillosa. "Si lo ves como un trabajo ha sido el más difícil y el más satisfactorio, también ha sido una de las cosas más complejas que me han tocado realizar".
 
 Madre de tiempo completo
 
La decisión que Mariana Carrera tomó hace ya casi 2 años "no fue nada fácil", sin embargo, ella asegura hoy "que fue la mejor" que pudo escoger, pues ser madre de tiempo completo se ha convertido en la mejor experiencia de su vida.
 
Durante más de 11 años, Mariana se desarrolló a nivel profesional tras concluir la carrera de ciencias de la comunicación, pues trabajó para una empresa de telecomunicaciones, una revista y una de las cadenas de televisión más grandes del país.
 
"Siempre decía que el día que tuviera un hijo iba a seguir trabajando y haciendo mil cosas, pero una vez que nació mi bebé me di cuenta de que él me necesitaba mucho y que yo lo necesitaba también".
 
Tras concluir la incapacidad por embarazo, Mariana se incorporó a su trabajo, pero ella comenta que "era horrible" disfrutar sólo una hora al día a su pequeño. "Llegar a casa y escuchar a mi mamá decir todo lo que había hecho o cómo se había portado no era sencillo".
 
Fue entonces cuando decidió darse tiempo para entregárselo a él, y con el apoyo de su pareja, decidió dejar atrás todos sus logros laborales y empezar una nueva carrera: la de mamá.
 
"No me arrepiento, es súper padre verlos cómo crecen y aprender de ellos; me encanta ser mamá de tiempo completo".
 
 
 Mamá-hermana
 
Para María de Jesús, el recuerdo del día que su madre murió es todavía muy claro, a pesar de que entonces contaba con apenas 8 años de edad. Asomarse por la ventana y ver pasar a su padre cargando el féretro es una imagen que aún la perturba, al igual que aquella en la que abrazó a sus pequeñas hermanas de 5 y 2 años, a quienes intentaba ocultar aquella imagen y evitarles así el sufrimiento que ella ya sentía.
 
En ese momento supo que a pesar de tener un papá y una tía que se encargarían de educarlas, la responsabilidad de brindar el amor que sólo una madre puede dar le correspondía a ella.
 
Fue así que su niñez quedó atrás, tuvo que aprender a madurar para defender a sus muñecas de carne y hueso de regaños y hasta malos tratos.
 
"Recuerdo un día en el que mi tía intentó pegarle a Mona, mi hermana pequeña, antes de que le tocara un solo pelo, corrí y la aventé tan fuerte, que fue a caer a un rosal que la cortó toda. Ahora me da tristeza, pero no me gustaba que a mis hermanas las tocara nadie", comentó.
 
A pesar de todo Chuchi, como todos la conocen, agradeció siempre a su tía por haberles dedicado su atención y cuidados, pues "comida y abrigo nunca les faltó".
 
Más de 60 años han pasado desde entonces y María de Jesús tiene ya su propia familia: 7 hijos, a los cuales trata de darles el amor que a ella le hizo falta. Pero sigue velando por el bienestar de sus hermanas (Elvira y Ramona), quienes ven en ella la imagen más cercana a una madre.
 
"No me considero la mejor mamá, pero sí una mujer que se entrega a sus hijos en cuerpo y alma", concluyó.
 

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