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Cambio de modelo y falta de liquidez afectan a vivienderas



Claudia Alcántara
 
En los primeros seis meses de Enrique Peña Nieto al frente de la Presidencia de la República, uno de los sectores cuyas empresas han registrado más estragos es el de la vivienda.

No es un problema que afecte a todo el sector, pero sí a parte de las compañías públicas que durante los dos sexenios pasados registraban crecimiento en ventas, en viviendas construidas y, en general, en valor. Hoy, reestructuran sus deudas y enfrentan litigios por impagos.

A partir del 11 de febrero -con el anuncio de la Política Nacional de Vivienda de la actual administración- las acciones de las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), en general, comenzaron a registrar una alta volatilidad debido al ambiente de incertidumbre que generó el planteamiento de un nuevo modelo de vivienda, más centrado en el reordenamiento de ciudades y en crecimiento vertical (edificios).

El economista senior de BBVA Bancomer, Eduardo Torres, indicó que la baja en el valor de las acciones de las vivienderas se debió a que el mercado tiene "escepticismo" acerca de la capacidad de estas empresas para adaptarse a los nuevos cambios en la política de vivienda.

Afirmó que el mercado ha solicitado a las empresas generar mayor flujo de capital, lo cual estaban cumpliendo, aunque gran parte de sus recursos están invertidos en sus reservas territoriales.

De acuerdo con un análisis de CI Banco sobre el sector, sólo el Índice Habita (IH), que agrupa a las principales desarrolladoras listadas en la BMV, ha perdido 60.7 por ciento en lo va del año.

Precisa que con excepción de Consorcio Ara, que acumula un rendimiento de 4.1 por ciento, las otras cuatro que conforman el IH han tenido desempeños negativos. Urbi Desarrollos Urbanos ha perdido 77.4 por ciento de su valor, seguida por Corporación Geo con una reducción de 70.7 por ciento, Homex con menos 70.1 por ciento y Sare con menos 48.6 por ciento.

Las empresas constructoras comenzaron a emitir anuncios sobre caída en ventas, falta de liquidez e impagos de créditos y de intereses de bonos emitidos, lo cual detonó una serie de demandas en México y en el extranjero, principalmente en contra de Geo, Urbi y Homex.

Así, el anuncio de la nueva política no representó el punto de inflexión de la crisis del sector, sino que era una tormenta que ya se avecinaba, afirmó el analista de CI Banco Casa de Bolsa, José Antonio Maya.

Las tres compañías construyeron y escrituraron 119 mil 549 viviendas en 2012, lo cual representó entre 25 y 26 por ciento del total de unidades producidas y vendidas ese año.

Maya añadió que los cambios del modelo -hacia una vivienda vertical y sustentable impulsada por el actual gobierno- representarán una etapa difícil para el sector en un inicio, sin embargo, a mediano plazo se espera una recuperación pues continúa la demanda de vivienda.

Mientras esto les sucede a estas tres grandes empresas, otras vivienderas mantienen su crecimiento orgánico saludable.

Información proporcionada por El Financiero Diario
 
 
 

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