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Vivir en el amor: Fito Páez se revela

El cantautor argentino sigue tomando el pulso a su tiempo. Sus entregas recientes son "Yo te amo" (2013), un álbum intimista, a medio camino entre el optimismo y la incertidumbre, y "Rock and Roll Revolution", dedicado a Charly García.

Autor de himnos como Yo vengo a ofrecer mi corazón (ése en el que lanza desafiante una pregunta que lleva en sí misma la respuesta: ¿Quién dijo que todo está perdido?), Fito Páez sigue tomando el pulso a su tiempo. Sus entregas recientes son Yo te amo (2013), un álbum intimista, a medio camino entre el optimismo y la incertidumbre, y Rock and Roll Revolution, dedicado a Charly García. En el tema que le da título a esta producción de 2014,termina así de contundente: El mundo es una bala disparada a ningún lado/ El caos es el orden bien interpretado.

¿Cómo nota Páez el ánimo de su país, de América Latina, ya entrado este siglo XXI, en el que las viejas ideas se enfrentan a la tecnología?
"Las redes sociales me parecen muy útiles, bien administradas, por supuesto. Nos dieron una cercanía e inmediatez total. Estés en el lugar que estés lo sabe en minutos todo el planeta, eso es muy poderoso", responde vía correo electrónico. Pero, ataja: "Yo sigo eligiendo mirar a los ojos, un abrazo, un beso, sigo eligiendo la vida real". Ese es el pulso de su música: La vida.

El artista argentino cerró el Festival 5 de Mayo en Puebla el pasado domingo ante cuatro mil 500 personas, con un concierto basado en Rock and Roll Revolution (y algunos indispensables como Te vi, Al lado del camino y Circo beat), el disco con el que ha estado de gira los últimos meses, conocido como RRR. "Charly García es un tesoro musical que hay que revisar una y otra vez las nuevas y las viejas generaciones", afirma a propósito del fundador del influyente grupo Serú Girán.

"La presencia de García en RRR no fue algo premeditado o planeado... Fue algo que sucedió. Durante todo el proceso de grabación de maquetas yo estaba muy mal. Me sentía perdido, muy perdido, y en ese sentido Charly me devolvió la identidad, me puso en mi lugar de nuevo. En el proceso de grabación aparecía él, en un acorde, en una frase, constantemente sentíamos con Diego Olivero, con quien trabajamos juntos todo el disco, su valiosa presencia. De pronto, teníamos que decidir algo y decíamos: Charly lo haría así. Nos reíamos mucho, fue muy impresionante", relata.

Luego de la ocurrencia de grabar temas de otros autores bajo el título Canciones para aliens y enviarlo al espacio con la colaboración de la Universidad Nacional Autónoma de México (en el que incluyó Rata de dos patas, de Paquita la Del Barrio), Páez reconoce que hay influencias definitivas en su música, aunque es discreto respecto a lo que sus canciones han hecho por otros.

"Te puedo habar de Luis Alberto Spinetta o de Charly García y lo que ellos generaron en mí en la adolescencia y durante toda la vida. Por ellos estoy acá, haciendo lo que hago. A los 14 años lo vi a Charly en un concierto en Rosario, tirado sobre el piano con una rosa entre los dientes. ¡Dios mío, lo que era eso, la modernidad total, la libertad! Y a las dos semanas lo vi a Luis Alberto, fue tremendo lo que me pasó, salí de ahí y lo supe: Yo quiero hacer esto. Así arrancó mi vida con la música. Imagínate lo fundamentales que son. Después lo que suceda con mis canciones será algo de lo que puedan hablar los demás. Estoy haciendo música como siempre".

Yo te amo, yo también
Y se encontró consigo mismo en ella, como casi siempre, así lo va dejando en claro. Cuando Fito no la pasa bien, da vuelta a la tuerca.
"El amor es esa fuerza inmanente, visible a través de los ojos de todo lo que vive, que resiste cualquier vendaval y cura todas las heridas. Me he propuesto vivir en y con el amor. No importa lo que cueste ni lo que crean los demás. Dentro de todos los efluvios pasionales, el amor es el más misterioso y peligroso de todos, porque nos lo metemos en la boca intentando disfrutar su sabor y las cosas no siempre resultan bien", explica.

Y, lo que comenzó con Yo te amo, se reafirma en Rock & Roll Revolution, que Páez define como un álbum de un hombre que sabe lo que quiere y lo que no. "RRR es un álbum de afirmaciones y de declaraciones de puntos de vista. Habrá a quien le caiga bien y habrá otros que no. Thats life. Y esa también es una forma de contarles a mis hijos, quién es su padre, qué piensa y cómo actúa en el mundo".

Antes de hacer esos discos, venía con el impulso de la gira por el 20 aniversario de El amor después del amor, el álbum de rock en español más vendido en su país, que recuerda como una fiesta maravillosa.

"Todo el proceso fue hermoso, retomar ese repertorio, descubrimos en los primeros ensayos que las canciones tenían arreglos que ni había que tocar, funcionaban muy bien así como habían sido concebidas y tocamos todo el repertorio en el orden incluso del álbum. Lo celebramos y lo disfrutamos mucho", cuenta.

"Es hermoso lo que sucede con la música, en vivo sobre todo, que es lo que más disfruto y lo que sucede con la canciones sigue siendo un gran misterio para mí. ¿Por qué eligen una canción determinada y coinciden todos, como sucedió con El amor después del amor? Es algo muy curioso".

Pero no se regodea en la marca de ventas y mucho menos en la relevancia del disco para el rock en español. Es directo al responder si el español expresa la potencia roquera: "Es una discusión que no me interesa a esta altura, no tienen sentido para mí. Hay personas que se dedican a analizar o a decretar este tipo de cosas y a mí me interesa la música".

Y es que él sigue siendo "un flaco solo dentro de una habitación sentado al piano, buscando el misterio de la música", finaliza. "Ese encuentro es sagrado, ahí está todo, si eso no pasa, ¿cómo haces música? Hablan de carrera, ¿carrera a dónde?, ¿a dónde corres? No existen las carreras, existe esa conexión sagrada con la música. Ahí está todo".

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