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Valle de Colchagua: donde las uvas se añejan con cantos gregorianos

Entre el océano Pacífico y la cordillera de los Andes, es donde se producen los mejores vinos chilenos, puesto que son elaborados con uvas recogidas en la madrugada y añejadas con una selección de este tipo de música.

Entre el océano Pacífico y la cordillera de los Andes nacen los mejores vinos chilenos. La influencia de la costa y los suelos arcillosos benefician el sabor. El lugar es también un espectáculo que agasaja la mirada. Las parras de diferentes variedades de uvas contrastan con el azul del cielo. Son más las siembras verdes, pero también hay tonos rojizos, morados, rosas y amarillos. Ese es el panorama que se asoma a la llegada del turista.

Se llama Valle de Colchagua y es el lugar en el que se asientan las bodegas chilenas más selectas. Ahí nació, hace poco más de 30 años, Montes Alpha, que se especializa en los vinos premium.
Entre sus fundadores está el agrónomo y enólogo Aurelio Montes, quien encontró una manera distinta de explotar esos campos para crear caldos de exportación.

"Decían que estábamos locos, en Chile había vinos baratos y se comenzó a trabajar con mejores selecciones de uvas, se trajeron barricas de Francia y se elevó el estándar", comenta.

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Montes Alpha M

Hecho con uva cabernet sauvignon, permanece 12 meses en barrica. Tiene toques de mora, chocolate, pimienta negra y vainilla.


El plan funcionó. Hoy exportan a 110 países el 95 por ciento de su producción. Tienen tres etiquetas que superan los 100 dólares por botella –Purple Angel, Montes Alpha M, Montes Folly– y 25 opciones más. Sus productos se elaboran bajo normas de producción estrictas, como la de eliminación de racimos en exceso, que hace que las viñas se desarrollen mejor; la recolección del producto en las madrugadas para que las uvas estén en su punto; y el almacenaje de barricas a las que se les somete, durante el día, a una selección de música gregoriana.

"La propuesta es que con la vibración de la música el vino envejezca mejor, que todos sus elementos, partículas y polifenoles se integren en una forma mucho más equilibrada y natural", explica Aurelio Montes, hijo, quien estudió las teorías del japonés Masaru Emoto, las cuales se basan en que palabras y sonidos influyen en la estructura de los líquidos.

"Escogimos cantos gregorianos porque es música relajante y sanadora. Sólo se añejan en esa sala los vinos premium. Está abierta el público y estar ahí es una experiencia que inspira paz".

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 Purple Angel

Es el primer carmenere ultra premium. Sus vides son cosechadas a mano y permanece 18 meses en barricas de roble francés. Tiene un ligero tostado a moca con un toque de ciruelas, arándanos y
cerezas negras.



Toda la bodega de la finca Montes Alpha está inspirada en la filosofía del feng shui; sus espacios fueron pensados para inspirar armonía. También se pensó desde el punto de vista eglógico; es gravitacional porque omiten el uso de impulsores y bombas.

Ofrecen a los visitantes diferentes experiencias para conocer sus instalaciones. Se puede llegar por aire, ya que en el Valle de Colchagua hay cinco helipuertos disponibles. Sí prefiere ir por tierra, está a tan sólo dos horas de Santiago. Hay variedad de paquetes que van de 20 a 60 dólares por persona.

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 Montes Folly

Sus vides nacen en laderas altas y empinadas. Sólo tiene selección syrah, son cosechada en la noche. Pasa 18 meses en barricas de roble francés y tiene referencias a cerezas ciruelas negras y vainilla.


Una vez ahí, usted puede elegir entre visitar los viñedos, catas guiadas por especialistas, recorridos por las bodegas –podrá degustar su vino predilecto en la bodega de los cantos gregorianos– subir al mirador, y hasta hacer trekking, que consta de un paseo para conocer las diferentes especies de plantas, arbustos y plantas nativas.

No olvide visitar el restaurante Fuegos de Apalta, para el que el chef Francis Mallmann ha creado una selección especial de platillos de la región que incluyen pescado, mariscos y hortalizas. Su especialidad son las carnes que ahí se asan y ahúman. Dicen los Montes que el lomo ahumado con chimichurri se lleva las palmas.

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