Una novela sobre el dolor humano como negocio

Para una empresa de seguros médicos, el cáncer no es una enfermedad; sí un negocio. La escritora uruguaya Laura Santullo observó en ese hecho cotidiano algo terrible: la deshumanización del individuo. ¿Cómo es posible que el sufrimiento se traduzca en dinero? La pregunta habitó en su cabeza por varias semanas, maduró y resultó en una novela llamada Un monstruo de mil cabezas, editada por Planeta y ya a la venta en librerías mexicanas.

La señora Sonia Bonet es la protagonista de esta historia contada en las formas de la novela negra. Su esposo padece cáncer. No existe cura alguna para él, pero sí un tratamiento para sosegar los síntomas. El seguro se niega a brindarlo; no le conviene financieramente. La mujer enfurece y comete una serie de crímenes por los que tendrá que pagar.

Santullo asegura que hoy se quiere privatizar hasta el suspiro. Para ella, el Estado es quien debe asumir el control de este servicio y de una manera eficaz. Dejarlo en manos de los hombres de negocios, asegura, es un error de dimensiones mayúsculas.

Sostiene que la sociedad no dimensiona de qué forma las trabas, los papeleos eternos y las filas interminables pueden cambiar la vida de una persona. "La burocracia deshumaniza. Diluye al ser humano que necesita del servicio, volviéndolo un número, una fila de espera, un expediente. Pero también deshumaniza al trabajador que brinda dicho servicio, poniéndole una venda en sus ojos que le impide ver que, con sus acciones, está incidiendo directamente en la vida de otro individuo", comenta.

El caso de la señora Bonet indica que la mercantilización de la salud es un fenómeno global, afirma Santullo, quien buscó en su novela plantear una serie de dilemas éticos que llevaran al lector a preguntarse: ¿Hasta dónde puede llegar una persona para salvar la vida de un ser querido?

La autora define al sistema de salud como "un monstruo de mil cabezas y ningún cerebro", en alusión a la gran cantidad de directivos y accionistas que no piensan en el bienestar de sus clientes.

"Las corporaciones son despiadados monstruos modernos que dominan ciudadanos y gobiernos. No reparan en daños humanos y hacen del dinero su única bandera. Hay que poner en tela de juicio su existencia. Mi novela refiere una empresa médica, pero también puede ser una farmacéutica o de una firma transnacional de ropa que abarata costos con mano de obra infantil en cualquier país del tercer mundo", asegura.

Un monstruo de mil cabezas también podrá ser vista en la pantalla grande. La cinta, dirigida por su esposo Rodrigo Plá, fue filmada en el DF y se encuentra en los últimos detalles de postproducción. Pronto, sólo en cines.

"En realidad estudié teatro, pero la vida da muchas vueltas. No me he dedicado a ello, aunque creo que en parte esa formación como actriz determina el modo en que escribo o lo que escribo. Hay mucho de monólogo en mis textos. Publiqué mi primer libro en el 2004, por esas mismas fechas comencé a escribir guión cinematográfico. Desde entonces eso es lo que hago: escribir cosas". 

Actualmente lee a: Margaret Atwood, Antonio Lobo Antúnez, Doris Lessing, Vikram Seth, Michael Connelly, Kasuo Ishiguro, Don Winslow, Selma Lagerlof y Rodolfo Santullo, su hermano.