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Una inmersión en el mundo marino

Si te interesa sumergirte en el mundo marino, los cursos que imparte el buzo Gerardo del Villar a través de la compañía "Dive Encounters" son para ti. Conoce los pormenores de la que podría ser una fantástica aventura.

Sumergirse en la profundidad de los mares es una de las mejores formas de alejarse del bullicio y del estrés que puede llegar a causar el día a día. El buceo ofrece, a todos por igual, la posibilidad de experimentar un escape total mientras se disfruta de las maravillas contenidas en aguas mexicanas.

El buzo profesional Gerardo del Villar, quien después de experimentar algunos deportes extremos, se decidió a poner todos sus conocimientos sobre el tema para ofrecer cursos de buceo recreativo a través de la compañía Dive Encounters, a todos aquellos que quieran descubrir un mundo diferente al acostumbrado, conocer qué hay abajo del agua y quitarse la inquietud de saber qué se siente adentrarse en un hábitat en el que por naturaleza no podemos estar.

"El buceo es un deporte maravilloso para practicarse en pareja, en familia o en grupo, ya que no hay un nivel de competencia. La regla número uno es nunca sumergirse solo, por seguridad", comparte Del Villar.

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Los cursos que el ofrece, puntualiza, son muy seguros, ya que se prepara a la gente tanto física como mentalmente para tener el mínimo margen de error y poder disfrutar ese contacto con la naturaleza único. Es en estas sesiones en las que se le explica qué pasa, por qué pasa y dónde pasa.

"Ver a los animales bajo el mar es lo que me gusta, sentir la sensación de ingravidez y el total silencio, donde lo único que escuchas son tus burbujas; es algo muy bonito. Así que el buceo nos ofrece un escape total, porque el mar por sí solo es impactante", agrega este deportista, quien ama sumergirse con tiburones.

Luego de ocho horas de teoría, ocho más de práctica y dos inmersiones diarias de 45 minutos, aproximadamente, en dos días en Acapulco se logra la certificación en el primer nivel, Open Water Dive, del que derivan una serie de cursos para llegar a mayor profundidad, en otros entornos, en un barco hundido, para fotografía subacuática, para bucear con animales, para lograr maestrías distintas y tener cada vez mayor experiencia.

"Es un deporte principalmente visual, lo único que se hace al sumergirse bajo el agua es disfrutar; sí debes saber nadar, pero no tienes que ser un gran atleta. La profundidad límite en el buceo recreativo son 40 metros, pero no se necesita ir a grandes profundidades, ya que los colores más bonitos están a 25 metros bajo el nivel del mar; pasando esa distancia todo se empieza a tornar más gris y azul", señala.

Cada mar, cada laguna, cada río tiene su temporada al año para ser disfrutado al máximo, y en la mayoría del territorio nacional los meses ideales son entre junio y noviembre.

México es el quinto país con mayor biodiversidad a nivel mundial, tanto acuática como terrestre, y el buceo recreativo es ideal para conocer lugares formidables como un arrecife de coral donde hay 10 veces más vida que en un bosque.

También está la Península de Yucatán, que ostenta el sitio número uno del mundo para buceo en cuevas y ríos subterráneos; cuenta con el primer lugar de concentración del tiburón ballena en el triángulo formado por Holbox, Isla Mujeres y Contoy; Cozumel tiene la segunda barrera de arrecifes del mundo, como Banco Chinchorro.

En Veracruz, es incalculable la cantidad de barcos hundidos que existen en sus aguas, galeones que aún guardan en sus entrañas algunos tesoros y que hoy en día son el hábitat de diversas especies marinas.
El Mar de Cortés, el acuario del mundo como lo bautizó el propio Jacques Cousteau, es el mejor lugar para ver al tiburón blanco.

"Sitios como éstos te invitan a disfrutar del mundo subacuático, donde los colores son tan impactantes como las criaturas que en tu vida pensarías conocer; peces muy grandes, tortugas, delfines, corales, esponjas gigantes forman parte de las maravillas de nuestros litorales, donde puedes convivir de una manera sana con la naturaleza misma", finaliza Gerardo del Villar.

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