After Office

Una opción para tu hijo, ‘el futuro músico’

La firma Yamaha, que desde 1887 se dedica a la fabricación de instrumentos, imparte cursos de formación musical a niños y jóvenes a través de una academia que tiene el objetivo de lograr una educación integral. 

Con una tradición de más de 120 años, la firma japonesa Yamaha, que desde 1887 se dedica a la fabricación y venta de instrumentos musicales, desarrolló un sistema único de enseñanza para niños, jóvenes y adultos. La marca abrió en 1954 su academia en Japón y poco más de una década después el método llegó a México, con el que la compañía instaló la primera sucursal comercial en 1958. Tras el éxito de ventas, el mercado local estaba listo para sensibilizarse y, eventualmente, profesionalizarse en la música.

Uno de sus programas de enseñanza, el Curso Estrellita, enfocado a niños de entre 4 y 5 años, inicia todos los meses de abril y octubre. De acuerdo con el maestro Héctor Islas, responsable de la Academia Yamaha, los pequeños que toman clases de música desde temprana edad adquieren habilidades que los hacen más eficientes en sus actividades regulares, además de los beneficios propiamente musicales.
"Uno de los puntos importantes es la adaptabilidad que tiene el método a la edad", explica el músico y profesor mexicano.

"Las clases son en grupo, lo cual no es tan común, y en general es una fuente de motivación, porque pueden tener referencia con sus compañeros. Es un sistema muy profesional en el sentido musical, porque a pesar de que se les enseñan cosas muy básicas, se les acerca de manera correcta a la música, no de una forma superficial", señaló.

Si bien la formación de músicos profesionales comienza desde chicos, el maestro Islas destaca que el método de enseñanza Yamaha no es necesariamente para convertirse en experto.

"No pensamos en que los alumnos que entren forzosamente tengan que dedicarse a la música, más bien es una actividad formativa", dice.

A propósito de las ventajas de este curso, explica: "obviamente, el primero es el musical, aprenden a tener una buena sensación del ritmo, a apreciar la música, la interpretación de un instrumento. Para los niños en edad preescolar, los beneficios que les ofrece es que la concentración aumenta su capacidad de memorización, la habilidad, por ejemplo, en las matemáticas; está comprobado que un niño que tiene una buena sensación de ritmo, cuando crece tiene más facilidad para las matemáticas porque el área del cerebro que trabaja esta cuestión del ritmo, es básicamente la misma".

La coordinación fina al tocar un instrumento como el piano o la guitarra propicia que los procesos cerebrales sean más complejos y tocar obliga al cerebro a que se desarrolle más. También, los cinco sentidos se involucran en esta disciplina. "La actividad musical es para el cerebro un entrenamiento impresionante", explica el músico.

El mayor nivel de desarrollo de una persona está entre los 4 y los 6 años, señala el profesor.

"Los niños a esas edades aprenden cerca de mil 500 palabras anuales y cuando tienen esa intención de aprender el vocabulario, el oído es más atento; obviamente eso implica una modificación en el cerebro. El oído musical está muy conectado al oído que necesitamos para el lenguaje y si se hace un entrenamiento adecuado a esas edades, el desarrollo puede ser impresionante, lo cual no sucede en otras edades. Si ponemos a una persona de 50, 60 años a tratar de desarrollar el oído va a ser muy difícil, porque utiliza otro criterio para entender, escuchar, aparte de que puede haber cierta disminución de la audición", concluye Héctor Islas.

1

También lee: