After Office

Un universo editorial donde los libros son objetos de arte

Conoce todo sobre los llamados libros de artista, los cuales son extraños y poco redituables, pero muy apreciados por los coleccionistas de arte. 

Cierto melómano mataba el tiempo en la extinta librería Conejo Blanco, en la calle de Ámsterdam, cuando se encontró con un título que se había dejado de publicar hacía años y que alguna vez él compró, devoró, subrayó y garabateó con comentarios en los márgenes: Para los pájaros, un excelso ensayo del compositor John Cage.

La edición era una copia facsimilar de aquella agotada, encuadernada en un grueso papel rosa. Lo que volvía singular a la pieza era que revelaba las anotaciones manuscritas de un lector en diálogo franco con el texto. El melómano, curioso, se adentró en aquellas notas, que comenzaron a parecerle familiares, hasta caer en cuenta de que esa copia de la copia que sostenía en sus manos era la del ejemplar que alguna vez compró, devoró, subrayó y garabateó con comentarios en los márgenes.

El reencuentro con el olvidado diálogo que sostuvo con Cage fue obra de un artista: Damián Ortega, quien en los años novela lanzó el sello Alias, que recupera, a través de copias encuadernadas, algunos textos valiosos. El que tenía en las manos era lo que se conoce como un libro de artista.

"Por lo general, el término se refiere al proyecto de un artista que toma la forma de un libro, pero no hay una definición clara; hay publicaciones que están entre esto y una publicación más convencional", explica en entrevista Jorge de la Garza, socio de Casa Bosques, un rincón en la colonia Roma (Córdoba 25) donde se despliega una variada oferta de estos ejemplares.

Las publicaciones que realizan organismos como la Fundación Jumex, galerías y museos como el Rufino Tamayo o el MUAC suelen documentar el proceso de producción de una obra o exposición, o bien, desarrollan un producto editorial a partir de un proyecto artístico.

Este tipo de trabajos son, hoy día, como una carta de presentación, y tener uno es proyecto casi obligado para los creadores, dice Amelia Hinojosa, encargada de publicaciones de Kurimanzutto (Rafael Rebollar 94, San Miguel Chapultepec). Esta galería realiza coediciones para impulsar el trabajo de los autores que maneja.

"Apoyamos a los artistas en el proyecto editorial que quieran hacer, que vaya de acuerdo a su carrera", puntualiza Hinojosa.

Pero es en el ámbito independiente donde se dan las propuestas más cercanas a un objeto de arte, con ediciones únicas o limitadas. Piezas de colección que pueden costar desde algunos cientos de pesos hasta miles.

"Estos libros pueden ser un poco más crítpticos, se necesita tener un poco más de información para disfrutarlos mejor", considera De la Garza. Es el caso de un irónico ejemplar: Never Odd or Even vol. II, que en vez de páginas despliega camisas (las cubiertas de papel que protegen las pastas de los libros) pertenecientes a títulos inexistentes de autores como Abraham Cruzvillegas y Mario Bellatin. Esta rareza pertenece al proyecto Libros que no se llegarán a imprimir, del curador Pablo León de la Barra.

En el país existen iniciativas que impulsan la creación y el coleccionismo de estos objetos, como el Concurso Internacional de Libros de Artista, mientras que la Fundación Alumnos47 desarrolla una biblioteca especializada.

No es raro que este tipo de obras que rompen con la definición tradicional de "libro" hayan surgido en un momento en el que el arte contemporáneo cuestiona los límites entre sus propios territorios.

Su origen se remonta a los cincuenta, cuando Ed Ruscha publicó Twentysix Gasoline Stations, que mostraba fotografías de 26 gasolineras. Con ello inauguró una nueva concepción del libro como obra de arte.

En México, estas publicaciones fueron impulsadas por Ulises Carrión (1941-1989), quien en su vinculación con el grupo Fluxus desarrolló libros obra, con los que ejercía una crítica a la literatura mientras entornaba la escritura hacia las artes visuales. Algunas editoriales nacionales han rescatado parte de su acervo, entre ellas Taller Ditoria, Hungría y Tumbona.

Estas y otras casas mexicanas, como RM y Alias, que abordan el género de artista,están disponibles en Casa Bosques, donde el catálogo incluye asimismo sellos independientes de Estados Unidos y Europa. También los hay en las repisas de Conejo Blanco, que permanecen en espacios como la galería La Miscelánea (Tabasco 97 B, Roma).

Hinojosa y De la Garza coinciden en que en México no hay librerías que aborden este tipo de mercado, integrado principalmente por personas vinculadas al círculo del arte. Para el librero, se trata de abrir brecha. Pero reconoce que como negocio, la venta de libros de artista no es redituable, por lo que su oferta es aún limitada.

1
Caja Dr. Lakra's Mutant Laboratory. (RM)

Galería Kurimanzutto. 
Precio: 420 pesos.

1
Never Oddor Ev en vol. II (Europa)

Casa Bosques
Precio: 1,100 pesos. único ejemplar.

1
Annie Leibovitz (Taschen, col. Sumo)

El Péndulo. 
Bajo pedido. Precio: 2,500 pesos.

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