Tom Brady, quarterback de los Patriotas de Nueva Inglaterra, evitó dar detalles sobre su relación con Donald Trump, presidente de Estados Unidos, quien impulsa una reforma migratoria en contra de siete países.
"No estoy aquí para hablar de política. Sólo quiero enfocarme en los aspectos positivos del juego y en mis compañeros. Hemos trabajado mucho", dijo el jugador de 39 años en conferencia, previo al Super Bowl LI.
El coach del equipo, Bill Belichick, tampoco se expresó sobre el tema ante los medios de comunicación. Cuando se le cuestionó al respecto se limitó a reír, sacudir la cabeza y esperar la siguiente pregunta de los reporteros.
Mohamed Sanu, receptor de los Halcones de Atlanta e hijo de padres musulmanes, tampoco se prestó para la polémica.
"Estoy aquí por mis talentos para jugar futbol americano, no por mis creencias religiosas. Si los medios van a preguntar sobre eso, no responderé", expresó el jugador de 27 años.
Aminata Koroma, su madre, viajará desde Sierra Leona hasta Houston para presenciar el Super Bowl. "No estoy preocupado por las medidas migratorias que puede sufrir mi mamá, estoy inquieto por el largo viaje que tendrá que recorrer, siempre hay posibilidades de que pasen accidentes", agregó Sanu.