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Tres triunfos con distintos argumentos

Jugarse todo a una carta tiene más implicaciones que sólo la suerte de llevarse un ejemplar que permita el lucimiento. Y prueba de ello fue la determinación, el valor y el espectáculo que encarnaron tres toreros en la Plaza México: José Luis Angelino, Antonio García "El Chihuahua" y Víctor Mora.

Las corridas de selección son como chuchillos de dos filos cuando no se tiene la determinación del triunfo. Así que jugarse todo a una carta, tiene más implicaciones que sólo la suerte de llevarse un ejemplar que permita el lucimiento. Y prueba de ellos fue la determinación, el valor y el espectáculo que encarnaron tres toreros en la Plaza México: José Luis Angelino, Antonio García El Chihuahua y Víctor Mora.

Si es verdad que el juez de plaza Chucho Morales pecó –por enésima vez– de dadivoso, y prueba de ellos fueron las consabidas protestas de un público que no estuvo de acuerdo con la concesión de ciertas orejas, lo trascendente fue ver que en la baraja taurina mexicana no sólo están las figuras y los toreros de la nueva generación, sino un ramillete de espadas deseosos de consolidar sus carreras y de abrir nuevas puertas en busca de mejores oportunidades.

Ese fue el caso de tres toreros que hoy tocaron pelo en La México, visto que, sobre todo Angelino y El Chihuahua, tenían merecimientos para haber ocupado un puesto en una tercia, y no nada más a venir a esta corrida de selección.

Desde que se plantó para recibir a su toro a porta gayola, Angelino puso el listón alto a sus compañeros, porque a ello siguieron unos desmayados lances a la verónica y un inusual tercio de banderillas en el que invitó a clavar a dos experimentados y buenos subalternos, como son Gustavo Campos y Cristhian Sánchez, en uno de los pasajes más emotivos de la corrida.

La faena fue breve, concisa, ante un toro noble y con calidad, al que le faltó redondear un poco más sus embestidas para que aquello cobrara mayor impacto en el tendido. Al margen de ello, Angelino se gustó en los muletazos, de figura asentada, con ese sentimiento expresivo de quien ya le ha visto las orejas al lobo. Por eso al doblar el toro tras una eficaz estocada, el tlaxcalteca alzó los brazos al cielo y rompió en llanto.

En segunda instancia, Víctor Mora mostró un valor sólido ante un toro que no fue fácil, y el de Aguascalientes se plantó con reciedumbre para darle pases de mucho mérito en los que intentó siempre someter las embestidas de un ejemplar que acudía a la tela con la cara alta. Otra estocada entregándose elevó la petición de oreja que fue concedida.

Y en ese tenor, con su chispa a cuestas, y unas facultades formidables, El Chihuahua enfrentó al toro más hecho y serio de la corrida de Vitahermosa, corrido en quinto lugar, al que hizo un vistoso quite por zapopinas y luego le clavó tres grandes pares de banderillas en medio del entusiasmo colectivo. Lástima que el toro ya no tuvo fuelle en la muleta, pues parecía que se había lastimado la pata izquierda. No obstante, el aguerrido y carismático torero norteño le plantó cara y le sacó provecho antes de tumbarlo de una fulminante estocada que también le puso en las manos dos apéndices.

Otra de las actuaciones sobresalientes de la tarde la firmó el rejoneador Horacio Casas, que debutaba en La México nueva años después de haber recibido la alternativa en Zacatecas. Y el caballista capitalino se mostró enterado y maduro sobre los lomos de caballos bien domados con los que clavó banderillas haciendo muy bien las cosas.

La nobleza del toro de Rancho Seco le permitió andar a gusto y mostrar un toreo elegante y seguro en el que lució montando a Moura, un caballo lusitano de fuerte grupa que galopó de costado; o con aquellos "terra a terra" que ejecutó antes de clavar montando a Atlántico. Fue una lástima que no acertara al primer viaje con el rejón de muerte de manera adecuada, luego de haber enseñado un toreo auténtico y con detalles de calidad.

A diferencia de estos toreros, que buscaron afanosamente el triunfo, cada uno con distintos argumentos, los López del cartel (Pepe y Salvador) pasaron inadvertidos. El primero, de Morelia, con un toro complicado, que desarrolló sentido; el segundo, con un "muñeco" que tenía nobleza. A ninguno de los dos se les vio ambición y "la oportunidad" se revirtió por la parte que el cuchillo tiene más filo.

Moraleja: No más festejos de selección en La México; es preferible dar oportunidades francas a toreros que merecen actuar en tercia y con dos toros. Ahí está el ejemplo de que sí hay espadas que están preparados para dar el campanazo.

FICHA
México, D.F.- Plaza México. Decimoprimera corrida de la Temporada Grande. Menos de un cuarto de entrada (unas seis mil personas) en tarde nublada y fresca, con algunas ráfagas de viento. Un toro de Rancho Seco para rejones, manejable, premiado con arrastre lento. Y seis de Vistahermosa, bien presentados, de poco juego en su conjunto salvo el 2o., que fue el más completo. Pesos: 480, 500, 500, 503, 485, 507 y 483 kilos. Horacio Casas: Ovación. José Luis Angelino (azul marino y oro): Dos orejas con algunas protestas. Víctor Mora (rosa y plata): Oreja. Pepe López (salmón y oro con remates negros): Silencio. Antonio García El Chihuahua (azul turquesa y oro): Dos orejas con algunas protestas. Luis Manuel Pérez El Canelo (verde botella y oro): Silencio. Salvador López (burdeos y azabache): Silencio. Incidencias: Al finalizar el paseíllo se tributó un minuto de aplausos a la memoria del picador Ángel Juárez Cabrera, fallecido el día de hoy a la edad de 86 años. El cuerpo médico, del doctor Rafael Vázquez Bayod, saludó una ovación en el tercio por su dedicado y profesional trabajo del domingo anterior. Destacó en varas Erick Morales, que picó bien al 7o. En la brega lidió con temple Cristhian Sánchez, que además saludó en el 4o. tras banderillear.

http://www.altoromexico.com/2010/index.php?acc=noticiad&id=21396

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