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Tragos neoyorquinos en Asia

Manhattan, considerado el mejor bar de ese continente, te espera con cocteles que remiten a la Gran Manzana, los cuales son elaborados con fusiones de destilados como whisky, ginebra y vermut.

Entre Nueva York y Singapur hay más de 15 mil kilómetros de distancia, pero cuando pone un pie en el Manhattan Bar del Regent Hotel, ubicado en ese país asiático, ésta se esfuma. Su concepto fusiona calidad, tradición y modernidad, por lo que ha sido considerado como el Mejor Bar de Asia y decimoprimero a nivel mundial por The World's 50 Best Bars.

"Sabemos que quien nos visita va en busca de experiencias y sensaciones, nuestro trabajo es hacer lo posible para que recuerden su estancia con nosotros", asegura Phillip Bischoff, gerente del lugar.

Una de esas experiencias es probar los cocteles creados por los mixólogos del bar, mismos que se añejan por diferentes periodos de tiempo, en 105 barriles de roble americano que mandaron a hacer en Minnesota. Las mezclas que reposan son fusiones de diferentes destilados como whisky, ginebra, vermut y campari, entre otros. La cava en la que se guardan se llama Rickhouse, y es el primer establecimiento en el mundo en añejar sus propias mezclas, que después usan para crear otros tragos.

"Funciona con vinos y cocteles y aporta características de sabor complejas y diferentes. Son mezclas sofisticadas que de otra manera no se hubieran podido obtener, experimentamos y nos divertimos", agrega Bischoff.

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De esas fusiones nace su trago insignia, llamado Solera aged negroni, que lleva dos tipos de ginebra, St. George y Citadelle, además de campari, vermut y bitters de gran clásico de Tempus Fugit.

Los clientes pueden participar con sus propias creaciones. Reciben asesoría y una vez que sus fusiones queden listas las pueden embotellar. El costo por barril de 30 litros parte de 3 mil dólares singapurenses, aproximadamente 38 mil 900 pesos.

Otro de sus atractivos radica en la variedad. La carta de bebidas es un homenaje a la ciudad de Nueva York, dividida en cinco propuestas que inician en 1520 con tragos inspirados en los primeros pobladores que se establecieron en las orillas del Río Hudson, y concluyen con cocteles alusivos a 1990, tiempo en el que la urbe se popularizó como "La ciudad que nunca duerme". El precio por trago es de alrededor de 400 pesos.

Si lo visita en domingo, la opción imperdible es el brunch de cocteles, al que sólo pueden acceder adultos porque además de fusiones alcohólicas se sirven cervezas artesanales, champañas y diferentes vinos, que son acompañados con ostras, langostas y costillas a la parrilla. El precio por persona con champaña y salmón incluidos es de 2 mil 600 pesos.

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