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TLCAN le podría tocar un mal 'acorde' a las 'Strato'

En 1987, Fender se estableció en Ensenada, desde donde se ha dedicado a fabricar y vender su emblemática guitarra a Estados Unidos, y si la renegociación del TLCAN se traduce en nuevos aranceles para éstas, la compañía tendrá que adaptarse.

Usada por Jimi Hendrix, Buddy Holly o Eric Clapton, la famosa guitarra estadounidense Stratocaster también se fabrica hoy en día en México, blanco de Donald Trump en la renegociación del TLCAN que inició este el miércoles en Washington.

Creada hace 63 años por Leo Fender, desde 1987 también se produce en una planta en Ensenada, Baja California, a unos 100 kilómetros de la frontera con California.

Su caso ilustra las dificultades que enfrentan los negociadores de Estados Unidos, Canadá y México que se reúnen desde este miércoles en Washington para abordar los lazos comerciales entre los tres países de América del Norte.

Frente a las enormes sumas de la industria automotriz, uno de los principales puntos de conflicto de la renegociación, las de la guitarra representan apenas 540 millones de dólares en la economía de Estados Unidos.

Pero los fabricantes estadounidenses como Fender, CF Martin&Co y Taylor han trasladado parte de su producción a México, donde la mano de obra es más barata, las guitarras luego se exportan a Estados Unidos, compitiendo con modelos económicos procedentes de Asia.

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"El comercio es vital para los fabricantes de guitarras estadounidenses, y toda la industria de Estados Unidos que puede fabricar sus productos en el extranjero se beneficia", dice Rory Masterson, analista para el sector de manufactura de la firma IBISWorld.

SUBEN LAS IMPORTACIONES
Si la renegociación que comenzó este miércoles se traduce en nuevos aranceles sobre las guitarras fabricadas en México, Fender deberá adaptarse, añadió.

"No es imposible que cierren la planta y transfieran la producción a otro lugar donde puedan vender más fácilmente", dijo el analista.

Fender Music Instruments Corporation, primer fabricante de guitarras de Estados Unidos en términos de cuota de mercado, se instaló en Ensenada en 1987, siete años antes de la entrada en vigor del TLCAN.

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Los trabajadores mexicanos producen una versión simplificada de la Stratocaster, que se vende a mitad del precio de su homóloga estadounidense, alrededor de 600 dólares.

Desde su creación en 1954, Leo Fender quería que la Stratocaster fuera producida en serie, con muchas piezas intercambiables, dijo Alan di Perna, coautor de una historia sobre la guitarra eléctrica. "De esa manera, es muy adecuada para la fabricación en el extranjero. Si se rompe el diapasón, se puede montar otro en media hora", comentó.

Las cifras oficiales son imprecisas, pero desde la entrada en vigor del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), las importaciones en Estados Unidos de guitarras fabricadas en México se incrementaron en un 90 por ciento, con 38 millones de dólares el año pasado.

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"MIA" y "MIM"

México está en la tercera posición entre los países de los que Estados Unidos importa guitarras, con 21 por ciento del total, después de China e Indonesia, mientras Canadá supone un 16 por ciento, dice Rory Masterson, quien precisa que esas compras satisfacen alrededor de un tercio de la demanda total del país.

Los aficionados dicen que la Stratocaster hecha en Estados Unidos, conocida por el nombre de "MIA" (Made In America) se hacen mejor y suenan mejor que las procedentes de México ("MIM", Made In México). La causa es sobre todo un mejor micrófono, que convierte la vibración de las cuerdas en una señal eléctrica.

Fender, que no cotiza en Bolsa, es discreta sobre los beneficios económicos de la producción de sus guitarras en México y no quiso responder preguntas de AFP.

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Pero de acuerdo con las normas de origen en vigor en el TLCAN, los objetos fabricados principalmente en América del Norte, como es el caso de la Stratocaster, pueden ser comercializados dentro de la región sin pagar aranceles, aunque contengan piezas de otras partes.

Morris Cohen, profesor de procesos industriales y logística en la Wharton School de la Universidad de Pennsylvania, estaba de visita en una fábrica de guitarras en México el 9 de noviembre de 2016, el día después de la elección de Donald Trump.

"No estaban muy preocupados. Me explicaron que incluso si elimina el TLCAN, no pasarían de la noche a la mañana a aranceles de 35 por ciento".

Casi todas las empresas exportadoras producen en México y "tienen mecanismos muy eficaces para integrar y coordinar sus cadenas de producción", añadió. Según él, "sería muy difícil desmontar todo".

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