Tiffany & Co. espera que sus clientes paguen mil dólares por una lata.
En verdad, no es de hojalata, sólo parece una. El recipiente está hecho de plata fina y oro vermeil, con un toque de azul turquesa y un acentuado esmalte. Después de todo, se trata de Tiffany.
La lata es uno de los artículos en una línea de lo que la empresa llama "Objetos Cotidianos", que "posee un guiño extravagante y de Tiffany por antonomasia". Lanzada a tiempo para la temporada de Navidad, la colección incluye cosas como un juego de dominó de mil 500 dólares, una regla de 450 dólares y una pajilla de 350 dólares.
"Lo que hace única a la colección es que incorpora lo mejor en calidad, destreza y diseño con un nivel de funcionalidad que permite usar esas cosas todos los días", dijo en un comunicado Reed Krakoff, director artístico de Tiffany.
La joyería, con sede en Nueva York, viene atravesando un año tumultuoso. Un fondo de cobertura activista, Jana Partners LLC, exige cambios. La empresa despidió repentinamente a su máximo ejecutivo y lo reemplazó por Alessandro Bogliolo, exejecutivo de Diesel SpA.
Recientemente, contrató como presidente a Roger Farah, un veterano ejecutivo de Ralph Lauren Corp., y prometió refrescar los diseños de los productos y modernizar sus tiendas.
¿Le encontrarán utilidad los acaudalados clientes de Tiffany a un set de paletas de ping-pong de cuero con placas grabables de plata fina que sale en 650 dólares, aunque sea como regalo extravagante? Poco después de Navidad, la minorista en aprietos conocerá la respuesta.
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