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Arranca la fiesta

Rusia gasta como nunca en unos Juegos Olímpicos de Invierno para recibir al mundo en una cita olímpica amenazada por la inseguridad en la zona.

Los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi 2014 serán los vigésimos segundos en la historia.

Las competencias olímpicas invernales sólo fueron interrumpidas durante la Segunda Guerra Mundial: de Garmisch-Paterkinsen, Alemania, en 1936, no hubo otros hasta 1948 en Sankt Moritz, Suiza. Juegos de invierno y de verano coincidían en el año de celebración hasta que el Comité Olímpico Internacional (COI) tomó la decisión de intercalarlos en espacios de dos años. Este cambio se dio durante la olimpiada entre Albertville, Francia 1992, y Lillehammer, Suecia 1994.

Los deportes sobre hielo y nieve comenzaron en Chamonix, Francia 1924, donde 16 países con más de 200 atletas se midieron en 10 pruebas diferentes. Desde entonces Noruega ha construido su camino a la cumbre del medallero y hasta antes de que Sochi dé inicio, el país nórdico posee un total de 303 medallas: 107 de oro, 106 de plata y 90 de bronce; Estados Unidos es su seguidor más cercano con 87 doradas, 95 de plata y 72 de bronce; 254 en total.

Rusia no ha faltado a este evento deportivo desde 1994; sin embargo, en Albertville 1992, 43 atletas nacidos en terriotorio ruso compitieron bajo la bandera del equipo unificado debido a la reciente disolución de la URSS.

Sochi significará la apertura de Rusia ante el mundo deportivo, pues es el primero de esta magnitud que se realiza en su territorio. Mañana pasearán por el estadio olímpico 2 mil 862 atletas (285 más que en Vancouver) que competirán por 294 medallas en 98 eventos pertenecientes a 15 pruebas diferentes, representando a 88 países (seis más que en 2010): tres de África, tres de Oceanía, 15 de América, 18 de Asia y 49 de Europa. El fuego olímpico encenderá el pebetero del recinto después de haber llegado al sur ruso desde el 5 de febrero y haber recorrido alrededor de 65 mil kilómetros en 120 días.

Dmitry Chernyshenko, director del comité organizador, aseguró la presencia de 65 jefes de estado y organizaciones internacionales.

Entre los asistentes confirmados se encuentran el presidente chino Xi Jinping y el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Ban Ki-Moon, quien el año pasado criticó la política "anti-gay" del mandatario Vladimir Putin.

"Estoy en Sochi para ser testigo de cómo los países se unen en espíritu de competencia amistosa y buena voluntad. Repito mi llamada a todas las partes en guerra a bajar sus armas durante los juegos y a levantar su mirada a la promesa de diálogo", dijo el dirigente surcoreano.

El único problema aparente que puede existir con el desarrollo deportivo del certamen es el clima, pues se esperan temperaturas de hasta 12 grados centígrados y cielo despejado; Sochi es la ciudad sede de justas olímpicas invernales que tiene temperaturas más altas en febrero. En Turín se registraron temperaturas altas, pero ninguna por encima de los 10 grados.

A pesar de las críticas relacionadas con el gasto excesivo, la demora en obras y situación política, todo parece estar preparado para que los juegos den inicio y la atención aumente todavía más sobre la ciudad ubicada entre la costa este del Mar Negro y las montañas del Cáucaso.
"Rusia está preparada para organizar los juegos", mencionó el presidente ruso a un grupo de atletas.

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