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Sergio Ramírez transforma personas en personajes para crear cuentos


Notimex
 
Todos los personajes del libro "Flores oscuras" han sido arrancados a la vida real porque todos están hechos a imagen y semejanza de las personas, afirmó el escritor nicaragüense Sergio Ramírez.


Lo que hizo el autor (Masatepe, Nicaragua, 1942) "fue transformar a cada persona en personaje, al pasarla de su vida diaria a las páginas de estos cuentos".


De esa manera, con personajes comunes y corrientes, tomados prestados de la cotidianidad y cuyos nombres no son registrados por la literatura ni por la prensa si no les ocurre algo extraordinario, el escritor latinoamericano creó 12 cuentos para su nuevo libro.


Personajes, dijo el ganador del Premio Iberoamericano de Letras "José Donoso" 2011 por el conjunto de su obra literaria, "desviados de su camino por la mano del destino, y por el poder en alguna de sus caras, político o del narcotráfico". O sea, "un registro de piezas alteradas por los incidentes de la realidad", añadió.


Entrevistado por Notimex, el autor de las novelas emblemáticas "Sombras nada más" (2002), "Mil y una muertes" (2005), "El cielo llora por mí" (2008) y "La fugitiva" (2011), subrayó que los protagonistas de sus cuentos no son personajes encumbrados, sino que pertenecen a la categoría de todos los "pequeños seres".


Para el entrevistado, la única pretensión a la vista de su ramillete de cuentos es hablar de la vida humana. "No existe la literatura social, ni la de tipo político, lo que hay es literatura sobre la vida humana, pues la esencia y la razón de ser de la literatura es la condición humana", acotó el autor y conferencista internacional.


Desde su perspectiva, a la literatura importa lo que una persona piensa y siente, cómo se comporta frente a los demás, y su relación con el mundo, las pasiones que lo envuelven, si es víctima o victimario, su amor y su muerte. Esos son los temas universales de la literatura, que están y siempre estarán vigentes, explicó.


Temas que nunca dejarán de estar presentes en la literatura y sin embargo, "deben pasar por el filtro del estilo, del lenguaje, de la técnica narrativa y de los escenarios de cada autor. En realidad, siempre serán los temas que interesen a la literatura, porque son inherentes a la condición humana", subrayó.


Perteneciente a la generación de escritores latinoamericanos que surgió después del "boom", y tras un largo exilio voluntario en Costa Rica y Alemania, Ramírez abandonó por un tiempo las letras para incorporarse a la Revolución Sandinista que derrocó a la dictadura del último Somoza. Eso, también le granjeó gloria.


"Siempre que escribo un cuento me coloco frente a un lector ideal: El que exige que no le dé literatura fácil o desechable, que me exige lo lleve de la mano por un camino que no va a abandonar porque las trampas que le pongo sirven para mantenerlo en lectura, el que demanda que lo haga pasar un buen rato", señaló.
 


Los 12 cuentos que Sergio Ramírez incluyó en "Flores oscuras" son relatos contemporáneos. Historias que él leyó en alguna parte y seleccionó porque contienen cierto material literario, como la de un boxeador de Tijuana, la vida de un ex guerrillero, y otros personajes jamás tocados por la fama o la fortuna.


En esta nueva entrega del autor de "Castigo divino" (1988), novela que obtuvo el Premio "Dashiell Hammett" en España, el lector "puede identificarse con los personajes, ver reflejada su propia vida y hacer contacto con las cosas que ahí pasan. Son historias que reflejan vidas como la mía y como la de cualquiera".

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