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Semillero que no termina de florecer

Las Selecciones mexicanas Sub-17 y Sub-20 debían ser un semillero de delanteros, lo cual no se ha consumado, esto a pesar de sus buenas actuaciones en Mundiales.

Cuatro años después de que México ganara su primer campeonato Sub-17 en el Mundial de Perú 2005, la Federación Mexicana de Futbol –entonces encabezada por Justino Compeán– implantó un decreto para las categorías Sub-17 y Sub-20: debían jugar con un esquema 4-4-2. Mario Arteaga –quien en ese momento se desempeñaba como auxiliar técnico de Juan Carlos Chávez con la Selección Sub-20– dice que la propuesta fue aceptada con agrado.

El proyecto tenía como objetivo la formación de atacantes, elementos de los que carecían la Selección mayor y los clubes de la Liga MX, que en su mayoría jugaban con delanteros extranjeros.

El modelo dio sus primeros frutos poco tiempo después de ser lanzado. El cuadro Sub-17 dirigido por Raúl Gutiérrez –también con Arteaga como auxiliar técnico– consiguió el segundo título de su historia en esa división en 2011.

Ese mismo año, en el Mundial Sub-20 de Colombia, el representativo nacional conquistó el tercer lugar, su segundo mejor resultado en esa categoría, sólo superado por el subcampeonato que obtuvo en la Copa del Mundo de Túnez 1977, en el que la Unión Soviética lo venciera en una larga tanda de penales de 10 cobros por equipo.

El plan convirtió a la Selección en una potencia en torneos con límite de edad, pero a ocho años de su creación, su objetivo prioritario no se ha cumplido. Actualmente, en la Primera División, Carlos Fierro (Chivas) es el único delantero titular con su club de los que integraron las Selecciones Sub-17 y Sub-20.

Arteaga se convirtió en director técnico de la Sub-17 desde junio de 2014. Dice que los delanteros extranjeros no deben ser una limitante para los juveniles mexicanos, sino una motivación. Sostiene que los jugadores nacionales deben entrenar más duro que los foráneos para no darle otra opción al entrenador en turno que alinearlos como titulares.

"Los jugadores Sub-17 cuentan con la edad necesaria para demostrar que sí tienen el nivel para convertirse en profesionales. Sin embargo, aún están en un proceso formativo de carácter y disciplina, que pueden truncarles una carrera en la Primera División. Es por eso que no todos los que brillan en esta categoría llegan al máximo circuito. La labor de mi cuerpo técnico, además de la de entrenadores, es fungir como orientadores", explica Arteaga, quien fue mediocampista de Guadalajara, UNAM y León.

El estratega y el cuadro mexicano disputarán el Mundial Sub-17 en la India, que se celebrará del 6 al 28 de octubre. Arteaga dice que el objetivo del plantel es, por lo menos, avanzar hasta la semifinal del campeonato. Tal y como lo consiguió México en la edición anterior, en Chile 2015, en la que terminó en cuarto lugar, después de ser eliminado en la semifinal por Nigeria, que levantó el título.

"No podemos exigirnos menos. El pasado reciente le enseñó a directivos, entrenadores y jugadores que es un objetivo realista. Las buenas actuaciones del pasado le sirven a este plantel como motivación, pero también como enseñanza de que este sólo es el inicio de su carrera. Un buen resultado en la India puede ser benéfico o perjudicial para los muchachos, todo depende de cómo lo canalicen", señala.

El representativo mexicano debutará el próximo domingo 8 contra Irak, el campeón asiático. El miércoles 11 enfrentará a Inglaterra –subcampeón de Europa– y el sábado 14 cerrará la fase de grupos contra Chile, segundo lugar del campeonato sudamericano de la Conmebol.

El técnico prevé que el partido contra los iraquíes será el más complicado para México. Dice que cuando estudiaron al equipo no encontraron mucha información, salvo sus partidos del campeonato asiático Sub-16. Destaca que tienen buen juego aéreo, extremos veloces, son buenos al contragolpe y, sobre todo, se repliegan bien defensivamente.

"Contra Chile e Inglaterra es probable que nos adaptemos mejor. Ambos equipos atacan mucho, les gusta tener la posesión del balón y, por consecuencia, dejan más espacios cuando defienden. Ese tipo de partido nos conviene porque también nos gusta jugar al ataque con nuestros extremos y los dos centros delanteros. Nuestro objetivo en el Mundial, además de estar entre los cuatro mejores, es que el estilo del equipo sea fácilmente reconocible como un plantel agresivo. Sólo debemos demostrar lo que trabajamos en nuestros dos años de preparación para este torneo", afirma Arteaga.

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