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Saluda a los nuevos mariachis metaleros

Metalachi es un grupo de 5 hermanos originarios de Ciudad Juárez que hoy vive un gran momento en el oeste de Estados Unidos gracias a su excéntrica fusión musical: mariachi y heavy metal. 

SAN ANTONIO, TEXAS.-  La versatilidad es una de las principales características de la música contemporánea. En el rock, sobre todo, decenas de géneros se han fusionado para dar a luz sonidos como el metal prehispánico, por ejemplo, Vayijel, un grupo de chiapanecos que se presentó la semana pasada en el Festival Cumbre Tajín.

Hoy esa versatilidad ha rozado, nuevamente, otros límites donde el heavy metal se combina con el mariachi, y donde los acordes de Metallica van acompañados de guitarrón y violín.

​El grupo que se encarga de este 'mariachi metalero' se llama 
Metalachi, un quinteto mexicano que combina el cuero y los estoperoles con sombreros de charro y trompetas.


En los conciertos de Metalachi el solo de guitarra de "Sweet Child O'Mine" (éxito de Guns N' Roses) se transforma en una descarga de trompeta. 

Los integrantes de este bizarro grupo se han hecho famosos en la costa oeste de Estados Unidos con versiones de éxitos del heavy metal "rancherizados".

Su álbum debut "Uno" de 2012 incluye piezas de Led Zeppelin, Iron Maiden, Guns N' Roses y hasta una versión cumbia de "Man in the Box", de Alice in Chains, con los instrumentos tradicionales del mariachi. El disco es el primer registro de los increíbles conciertos de la banda.

"Estamos contentos con el disco, pero lo que es Metalachi no puede apreciarse solamente en el disco o algún video de YouTube", asegura el vocalista Vega de la Rockha antes de su presentación el pasado miércoles en San Antonio, una ciudad famosa por su escepticismo ante bandas "raras". Sin embargo, el Tequila Bar Room donde se presentaron estaba repleto por una ferviente legión de seguidores locales. "A nosotros nos tienen que ver en vivo", sostiene. 

Los 5 integrantes de la banda son hermanos de Ciudad Juárez, Chihuahua. En 1988, se mudaron a Los Ángeles, donde comenzaron a tocar en orquestas de mariachi en el este de Los Ángeles y el Valle de San Fernando.

"Crecimos en Estados Unidos y sólo tocábamos instrumentos de mariachi, pero también crecimos escuchando rock en inglés", comenta Vega. "Como no teníamos dinero para comprar instrumentos eléctricos, usamos los instrumentos de mariachi".

Actualmente se encuentran en una extensa gira por Estados Unidos que terminará en julio. A fines de febrero Metalachi llenó el legendario Whisky A Go-Go de West Hollywood y llamó la atención del LA Weekly, el semanario alternativo más importante de esa ciudad.


El show comienza incluso antes de que Metalachi suba al escenario. El manager, Warren Moscow, presenta a la banda con la energía de un maestro de ceremonias de circo y advierte al público que todo aquel que no esté dispuesto a tener una fiesta debería irse inmediatamente.

El grupo, más allá de sus excentricidades, demuestra tener una sólida base instrumental y cuidadosos arreglos: lo de Metalachi no es hacer acordes metaleros al estilo mariachi. Por ejemplo, en "Black Dog" (Led Zeppelin), el grupo intercala rutinas de comedia stand-up con el feroz riff original de la canción, ejecutado nota por nota por el violinista Maximilian "Dirty" Sánchez (luciendo una playera que dice TA/CO, al estilo AC/DC) y por el guitarrista Ramón Holiday (una mezcla de Bon Jovi, Tommy Ramone y Enrique Bunbury). De ahí saltan a una poderosa versión de "Immigrant Song" (también de Led Zeppelin) enganchada con la versión cumbia de Alice in Chains, que a su vez ligan con la sección hard-rock del clásico "Stairway to Heaven", donde Vega llega a todas las notas de Robert Plant sin problemas.

"La gente nos dice, 'No pensaba que eran buenos, hasta que los vi en vivo''', dijo el cantante. "Somos músicos en serio pero, a la misma vez, no nos tomamos muy en serio a nosotros mismos".

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El momento más atrevido del espectáculo llega sobre el final, cuando antes de presentar a cada integrante de la banda invitan a que una admiradora suba al escenario. En el caso de San Antonio, la "afortunada" fue Jessica, quien subió con un vaso y terminó con un poderoso coctel margarita preparado in situ por la banda.

El violinista "Dirty" Sánchez agregó un poco de tequila al vaso de Jessica. Lo mismo hicieron Vega y Pancho Rockefeller (guitarrón, y el único con pantalón de mariachi), mientras que el guitarrista Ramón Holiday puso jugo de naranja. Finalmente, El Cucuy (trompeta) le puso jugo de limón, pero lo hizo por medio de una especie de cinturón de castidad/exprimidor colocado en su zona genital, mientras Jessica estaba de rodillas frente a él. El momento, aunque sexista, causó las risas de la mayoría, no sin inspirar horror en otros. Para colmo, Jessica tuvo que tomarse el vaso de un solo trago.

"Ahora te recomiendo que vayas a una clínica", dijo Vega, aunque Jessica siguió tomando como si nada hubiera pasado.

Más allá de los conciertos, es poco lo que se sabe sobre la verdadera identidad de los músicos. De la edad "no se puede hablar", dice Vega. Y en cuanto a los lazos sanguíneos, ¿son hermanos, realmente?

"Todos somos hermanitos de Juárez, hermanos-hermanos, carnales", insiste Vega. "Hermanos de sangre, pero de diferente padre todos. Nuestra madre era muy promiscua".

Vega afirma que lo único que importa son sus discos y conciertos, no sus verdaderos nombres.

"Queremos hacer como hizo El Santo, el Enmascarado de Plata, a quien enterraron con la máscara puesta", asegura Vega. "Queremos mantener el misterio hasta el final".

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