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Rolando Villazón, el tenor que hace caricaturas

Ópera, cine, literatura, caricatura... El tenor mexicano Rolando Villazón ha incursionado en cada una de esas disciplinas artísticas, lo cual lo hace ver como uno de los artistas más polifacéticos y exitosos del mundo. 

El tenor Rolando Villazón es un artista polifacético. Sus mayores logros los ha obtenido del canto; sin embargo, su talento no conoce límites, pues también ha explorado los terrenos de la caricatura a través de su proyecto "Las caricaturas de Villazón", del cual se deriva un video amimado de la ópera "Elixir de Amor", de Gaetano Donizetti. Esta serie de caricaturas animadas, explica el tenor franco-mexicano, es una forma acercar a los más jóvenes al 'bel canto'.

El tenor de 42 años - quien ha tocado en las salas europeas de música más importantes - ha hecho en caricatura la ópera "La Bohéme" de Giacomo Puccini (1858-1924); "La Traviata", de Giuseppe Verdi, y "Elixir de amor", de Donizetti (1797-1848). En estos videos, el artista transporta al espectador a grandes historias de amor que, creadas con simples y creativos trazos, cobran vida con su propia voz.

Rolando Villazón, quien es actualmente miembro del Colegio de Patafísca, en París, Francia, ha sido reconocido por la prensa internacional como una de las estrellas más aclamadas y queridas de la música, así como uno de los principales tenores de nuestro tiempo.

Llamado por el periódico "The Timesel" como "El más encantador de los divos de hoy", Villazón es además uno de los artistas más versátiles del mundo. Su calidad artística polifacética se materializa en una carrera exitosa como director de teatro, novelista y personalidad de la televisión.

A los 11 años, Villazón ingresó en el Centro de Capacitación Artística Estudios de la Ciudad de México, donde tomó clases de música, actuación, danza contemporánea y ballet. Se formó en la discplina operística bajo las enseñanzas del barítono Arturo Nieto, su primer mentor.

La fama llegó en 1999, en el Certamen Internacional Operalia, auspiciado por Plácido Domingo, figura con la que hasta hoy se le sigue comparando. Ese mismo año debutó en el viejo continente con dos de las mejores óperas de la historia: Manon Lescaut y La Boheme.

La literatura y Villazón se llevan bien. La llegada de su primera novela, "Malabares" (2013), ocurrió justo después de que el tenor mexicano se recuperara de un quiste interno en una cuerda bucal. Ninguno de los 15 médicos que consultó le auguraron buenas cosas. Finalmente, visitó el quirófano, donde le realizaron una compleja operación, de la cual, al final, logró recuperarse. El gran tenor regresó a los escenarios con más fuerza que nunca y hasta con su nueva obra, la cual trata sobre Balancín, un artista que debido a una lesión debe apartarse de los escenarios un largo periodo de tiempo, una historia que evidentemente está inspirada en los momentos de angustia y desesperación que sufrió durante el año de su rehabilitación.

"La ópera es una feria en la que hay que subirse a todo", suele decir Villazón, quien al parecer lleva en la sangre la libertad artística.

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