A Julián Hernández le heredaron el nombre. La comunidad tzotzil de la que forma parte lo llamó Zanaté, vocablo que significa pájaro, y en esa libertad, el rock ha sido parte imprescindible de su vida.
Por esa razón, hace siete años fundó Lumaltok (Niebla), colectivo de blues y rock originario de Zinacantán, Chiapas.
"En el comienzo sufrimos el rechazo de nuestra propia comunidad. Nos decían que estábamos locos, pero cuando haces lo que te gusta, siempre te dirán que estás mal. Al final yo estoy aquí, no sólo en nombre de mi comunidad, sino también de quienes no están aquí", puntualiza en rueda de prensa.
Influenciado musicalmente por grupos como Café Tacvba o la Maldita Vecindad, la temática de sus composiciones habla de la naturaleza, la discriminación, el maltrato o el machismo. Aunque no le ha sido sencillo promover su creación, la banda es ahora una de las 100 que integran el proyecto De Tradición y Nuevas Rolas, transformación y fusión sonora, que desde 2010 apoya el rock en lenguas indígenas.
"Es gracias a proyectos como éste y a nuestra música que nos hacemos visibles y tratamos de rescatar nuestras lenguas: el zapoteco, el tzotzil, el purépecha, el zoque y el chol, entre otras. Porque nuestras lenguas no están muertas", afirma el músico, egresado de la licenciatura en Comunicación por la Universidad Intercultural de Chiapas.
De tradición y nuevas rolas es una iniciativa de la Dirección General de Culturas Populares del Conaculta, orientada a la distribución, promoción y producción musical de propuestas que tienen lugar en distintas comunidades indígenas del país.
Este año, el proyecto lanzará una colección integrada por tres discos grabados durante los conciertos realizados, de 2010 a la fecha, en el DF, Querétaro y Zinacantán. Podrán adquirirse en las librerías EDUCAL, desde el lunes.
El sábado próximo, el programa presenta un concierto en el Multiforo Alicia, con Lumaltok, el Rapero de Tlapa( hip-hop mixteco), y Venado Azul (cumbia wirrárika), a las 19:00 horas.