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Recuerdos y elogios a Carlos Fuentes en homenaje de la AML


Notimex
 
El maestro y escritor Gonzalo Cenorio dedicó anoche, en su calidad de miembro de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), una vibrante elegía prosaica al escritor mexicano Carlos Fuentes, al cumplirse un año de su muerte.

En su intervención, subrayó que Fuentes perteneció "a una extraordinaria estirpe de escritores, cuya voz, acción humanista y obra de dimensión universal trascendió las fronteras de México".

Durante la ceremonia, organizada por la institución que salvaguarda la Lengua Española, Cenorio hizo una evocación lúcida del autor de cuentos y novelas, para señalar que su ejemplo y obra sigue presente. "Sin embargo, hemos perdido su opinión cotidiana; nos queda, nada más, revisitar su obra, la cual siempre guarda sorpresas".

La ceremonia, que fue presidida por el director de la AML, Jaime Labastida, tuvo lugar en el Auditorio del Museo Tamayo, en la ciudad de México, hasta donde lectores de Fuentes y amantes del buen decir se dieron cita para escuchar a los académicos en su evocación luctuosa.

Otro académico, Hugo Gutiérrez Vega, habló de las buenas conciencias, como "la autoridad moral autoritaria y represiva con la que Fuentes cimbró conciencias y abrió los ojos de una sociedad tímida y sometida hasta entonces".

De la "Muerte de Artemio Cruz", que puso fin a las sagas de la novela de la revolución, Gutiérrez Vega destacó su grandeza y, por eso, enfatizó al señalar que el autor, Carlos Fuentes, fue un honorable miembro de la AML.

"Artemio, moribundo, en su lecho de dolor, puso fin a una era desgarradora en el país", rubricó el escritor, poeta, periodista y editor Hugo Gutiérrez Vega.

Con los retratos de Sor Juana Inés de la Cruz y Miguel de Cervantes Saavedra -mirando la fotografía de Carlos Fuentes sonriente- como fondo, Ignacio Padilla, igualmente hombre de letras y académico, señaló, a través del texto "Carlos Fuentes: su voluntad, nuestra fortuna", que ese autor fallecido apenas el año pasado escribió en una época turbulenta sobre la aldea globalizada.

Destacó que comentar a Carlos Fuentes e indagar en sus demonios, "es iluminar para el ahora, lo que él iluminó para los suyos, y es al mismo tiempo recordar al maestro".

Padilla agregó que la vida de Carlos Fuentes fue pródiga, fundada en la inteligencia y en el querer hacer una obra literaria abierta para todos los lectores universales e imperecedera.

"La desaparición física del artista acentúa por fuerza su presencia. La muerte del escritor nos obliga a volver a las raíces de su obra, la cual resucita y nos sacude", mencionó en tono solemne.

Finalmente, recordó que así fue como Carlos Fuentes quiso que fuera su obra, para siempre, y por eso dedicó su vida a matar la muerte sin morirse. "Esto es especialmente claro en Carlos Fuentes".

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