After Office

Punto extra, un ajuste emocionante en la NFL

El cambio a la regla del punto extra en la NFL agrega dramatismo y modifica la estrategia del juego. Las conclusiones del Comité de competencia, integrado por un grupo de dueños, observó que dicha jugada llevaba más de una década sin ofrecer más que una acción meramente ceremonial.

Jack Del Río, entrenador en jefe de los Raiders de Oakland, lo decidió al instante. Restaban 47 segundos del encuentro contra los Santos de Nueva Orleans y su equipo, que acababa de anotar, estaba un punto abajo.

En lugar de ordenar que se pateara el punto extra, Del Río mandó a su ofensiva al campo para buscar la conversión de dos puntos.

A continuación, David Carr, quarterback de los Raiders, completó un pase rápido con el receptor Michael Crabtree que le permitió a Oakland tomar la delantera 35-34 y a la postre llevarse la victoria.

El desenlace fue el más emocionante de la semana 1 de la temporada 2016 de la NFL, dándole la razón a la liga, que desde 2015 buscó añadir más acciones de este tipo a los partidos.

Las conclusiones del Comité de competencia de la NFL, integrado por un grupo de dueños, observó que la jugada del punto extra llevaba más de una década sin ofrecer más que una acción meramente ceremonial.

Desde la campaña 2000, el porcentaje de puntos extras ejecutados en la yarda dos, desde donde la regla marcaba hacerlo, fue del 99 por ciento cada año, a excepción de uno, en el que fue de 98 por ciento.

Entusiasmados con la idea de imprimir más emociones, previo al arranque de la campaña 2015, la NFL dispuso que los puntos extras comenzarían a ejecutarse desde la yarda 15, lo que suma una distancia de 33 totales hasta cruzar los postes.

En contrasentido, mantuvo que las conversiones fueran realizadas desde la yarda dos, con el claro objetivo de incentivar a los entrenadores a considerarlas como una opción atractiva.

Como cereza del pastel, la NFL también sentenció que las defensivas que bloquearan un punto extra, interceptaran un pase o recuperaran un balón suelto y lo devolvieran a la zona de anotación enemiga, tendrían como recompensa uno o dos puntos, según fuera el caso.

Los resultados fueron palpables y un éxito rotundo: 71 goles de campo fueron errados durante el año pasado, ocho más de lo que se fallaron en las siete campañas completas anteriores.

El caso más emblemático, el de Stephen Gostkowski, pateador de los Patriotas de Nueva Inglaterra, quien durante el primer cuarto de la Final de la Conferencia Americana contra los Broncos de Denver, no consiguió un punto extra en el primer cuarto.

Llegado el último periodo, los Patriotas anotaron para acercarse 20-18, pero se vieron obligados a buscar la conversión que repusiera el yerro de Gostkowski.

Tom Brady y su ofensiva fracasaron en el intento, dándole a los Broncos el pase al Super Bowl y, posteriormente, el campeonato.

Ya en 2016, los cambios al reglamento se volvieron permanentes. La NFL lo ha decidido: dejar atrás los ceremoniales goles de campo, en pos de más conversiones emocionantes.

También lee: