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Pumas-América: La tribuna cobra vida ante un juego con poco decoro

Los Pumas resolvieron un debate de tensiones en el minuto 78 con un remate de cabeza en el área grande de Eduardo Herrera para vencer al América en el juego de ida de los cuartos de final de la liguilla del futbol mexicano por 1-0.

Los Pumas resolvieron un debate de tensiones en el minuto 78 con un remate de cabeza en el área grande de Eduardo Herrera para vencer al América en el juego de ida de los cuartos de final de la liguilla del futbol mexicano. Lo que pareció una lucha estéril de precauciones, en la que sobresalió, acaso un disparo en el primer tiempo de Ismael Sosa, terminó siendo una juerga azul y oro a la medianoche y con luna sonriente.

Pocas veces el futbol nacional ha sido jugado con tanto protagonismo de la tribuna como el de ayer en la noche. Al minuto 45 la voz del estadio comenzó a contar del 1 al 43 y resolvió la numeración con un grito histórico, y vaya que este inmueble tiene memoria de lo que ha sucedido en México desde la segunda mitad del siglo XX. La grada exclamó: "¡Justicia!", en referencia a la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. No faltaron las pancartas con el "43+11 = Fuera Peña". Los aficionados debajo del pebetero, al silbatazo final del primer tiempo gritaron, con una sola voz, una: "¡Estado Asesino!".

Ha sido ésta una noche inolvidable en la vigencia del balompié: al poco trascendente marcador, que obliga al América a ganar y a no recibir gol (en caso de que eso suceda, deberá vencer por dos tantos de diferencia) el sábado en el Azteca, le muestra decoro el ámbito social, colmado por la tristeza.

Desde horas antes del partido, más de 4 mil efectivos fueron destinados para mantener la seguridad de los asistentes al encuentro, que, no sobra decirlo, resultó menos atractivo de lo que el cartel recomendaba.

En la cancha, el equipo americanista saltó al cesped con más angustias que propuestas. Los Pumas, con poca autoestima, invitados casi a la fuerza al postre de la temporada, intentaron adueñarse de los bordes del área contraria. Con la táctica depositada en 180 minutos, Antonio Mohamed se empachó en el orden, más que en la libertad.

Con el libreto ajustado, el visitante padeció de anemia. Y así, a media virilidad, pretendió salir ileso de una cancha incómoda, siempre para el anfitrión. El resultado avala más al espíritu que al estilo. No ha sido el futbol el ganador de este otoño ya friolento. Han sido la tribuna y sus alientos.

En el otro partido de ida de los cuartos de final de la Liga MX, los Tuzos del Pachuca empataron a uno contra Los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León celebrado en el estado de Hidalgo.

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