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¿Pagarías 870 pesos por un kilo de café? Ellos sí

En este país los amantes del café están dispuestos a pagar cerca de 870 pesos por un kilo de café de Monmouth Coffee Company, el cual está hecho con granos de Kenia y es reconocido por sus sabores frutales y florales.

Julien Ochada no puede vivir sin su café matutino.

Pero no cualquier café. Hace cinco años que el profesor de Fisiología del King's College de Londres, de 37 años, visita la misma tienda todas las semanas para llevarse un paquete de su amado brebaje keniata. Y el coste no le intimida: a 37 libras esterlinas el kilo, es más del doble que un producto parecido en el supermercado.

"Tomo café keniata todas las mañanas", dijo Ochala, que le compra sus granos a Monmouth Coffee Company en Borough Market. "Me encanta por su nivel de acidez relativamente más elevado. Me mantiene activo por la tarde".

Los clientes dispuestos a pagar una prima por las variedades africanas, conocidas por sus sabores florales y frutales, están impulsando las compras de café del continente de donde se dice que proviene la bebida. Según una leyenda, la planta fue descubierta hace más de mil años por pastores de cabras etíopes.

Hoy, una taza de café keniata en Monmouth cuesta aproximadamente cuatro dólares, frente a cerca de los tres dólares por un café americano estándar de Starbucks en Londres.

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El interés renovado podría ser una bendición para los agricultores en África, cuya producción equivale a cerca de tres cuartos de lo que era hace cuatro décadas.

A los cultivadores de robusta, la variedad más barata preferida para el café instantáneo, les resulta difícil competir, en tanto un gran productor, Vietnam, aumentó su producción a un coste mucho más bajo. Brasil también elevó la competencia por los granos de cafeto arábigo de mediana calidad.

"Los granos etíopes son famosos en Occidente hace rato, pero ahora estamos observando más granos ruandeses, keniatas y hasta granos de Burundi, Uganda y Congo", dijo Karl Weyrauch, fundador de Coffee Rwanda, un proveedor de granos ruandeses al mercado estadounidense con sede en Estados Unidos.

"Además, los granos africanos podrían parecerles exóticos a algunos bebedores de café y eso les despierta la curiosidad".

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PRODUCCIÓN EN BAJA

Pero la producción ya no es lo que era. En 1975, cuatro países africanos figuraban entre los 10 productores más grandes del mundo. Hoy sólo Etiopía y Uganda integran la lista.

"La producción africana está amenazada", dijo Keith Flury, director de investigación sobre café de Volcafe, uno de los principales operadores de café. "En países como Kenia, Nairobi está urbanizándose rápidamente y expandiéndose a áreas que antes se usaban para plantar café. En otros países, como Ruanda y Burundi, el café está siendo sustituido por cultivos de subsistencia a medida que crece la población".

Los africanos jóvenes abandonan el cultivo de café por carreras más rentables, según la International Coffee Organization. Este organismo estima la edad promedio de un cafetero africano en 60 años. Además, la actividad quedó dificultada por conflictos políticos. El año pasado, Nespresso, la marca de Nestlé SA, frenó las operaciones en Sudán del Sur debido a la guerra civil.

La demanda está aumentando, pero las exportaciones de café africanas están en gran parte planchadas desde comienzos de siglo. En comparación, los envíos globales saltaron cerca del 37 por ciento en el período, en tanto el consumo mundial creció en una proporción parecida.

"Los perfiles de sabor africanos son muy populares en Escandinavia y sus alrededores", dijo Lars Pilengrim, que compra café para la tostadora sueca Johan & Nystrom. "Estamos observando que hay cada vez más interés por el café africano y no sólo sus orígenes clásicos, como Etiopía y Kenia. Estamos aumentando nuestra presencia y comprando en y a Burundi".

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