La fase final de los Juegos Olímpicos de Río 2016 se parece mucho al programa de televisión: Hagamos un trato. Con 100 millones de reales (32 millones de dólares) en deudas pendientes, el comité organizador está tratando de pagar a los proveedores con cosas - aires acondicionados, unidades portátiles de energía, cables eléctricos - además de efectivo.
La falta de fondos es un legado de la crisis financiera que azotó a Brasil justo cuando se estaban preparando los Juegos Olímpicos. Río 2016 ahora está pidiendo a los acreedores que acuerden liquidar las deudas por 30 por ciento menos de lo que se les debe, dijo Mario Andrada, jefe de comunicaciones de Río 2016.
Andrada dijo que Río sigue esperando cumplir con sus obligaciones para junio, cuando el comité organizador cierra. Si no, la carga pasará a los gobiernos locales y estatales que respaldaron el crédito del comité. Ambos gobiernos ahora tienen problemas financieros por su cuenta, y no está claro tampoco si podrán pagar las deudas olímpicas. El gobierno estatal, al borde de la bancarrota, ya está luchando para pagar a los servidores públicos.
"Estamos seguros de que llegaremos a un acuerdo y honraremos nuestros compromisos", dijo Andrada. Agregó que el comité todavía está esperando algo de dinero de los patrocinadores.
La crisis económica de Brasil también coincidió con el mayor escándalo de corrupción en la historia del país, que derivó en juicio y condena para algunos líderes empresariales y políticos prominentes. Entre ellos están los jefes de las constructoras que tuvieron a cargo proyectos relacionados con los Juegos Olímpicos, que costaron alrededor de 20 mil millones de dólares, así como Sergio Cabral, gobernador de Río, cuando fue seleccionada como ciudad anfitriona.
Andrada dijo que Cabral y otros encarcelados en Río podrían estar usando algunos de los muebles de las Villas Olímpicas, después de que colchones y mantas fueran enviados a una prisión local para ex oficiales de policía. "Probablemente está durmiendo en un colchón olímpico", dijo.
La severa recesión nacional puso en peligro a los Juegos Olímpicos incluso antes de que comenzaran. Los planes para la ceremonia de inauguración, así como la infraestructura de hospitalidad y otros elementos no esenciales se redujeron, y se solicitaron fondos públicos de última hora para organizar los Juegos Paralímpicos.
En general, la organización de los Juegos costaron alrededor de 2 mil 800 millones de dólares. El COI pagó un poco más de la mitad, la mayoría antes de que fuera obligatorio ayudar a mantener el comité a flote. La promesa de 250 millones de reales de gobiernos locales y nacionales ascendió a sólo 90 millones de reales y es en parte culpable por el fracaso de pago para los acreedores, dijo Andrada.
El comité organizador local se disolverá en junio de 2017.