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¿Odias que usen el celular en un restaurante? Tenemos malas noticias

Con la propagación de los celulares desde finales de la década de los 90 y principios de este siglo, cada vez se volvió más común encontrar comensales que interrumpen sus alimentos para hacer o recibir llamadas.

Lo peor de la era móvil moderna es la ausencia de un cable con el cual estrangular a los usuarios desconsiderados. Si ha pensado comprar un dispositivo para generar interferencia por estar cansado de escuchar las conversaciones intrascendentes de gente que no conoce y no quiere conocer, resulta que son ilegales.

Con la propagación de los celulares desde finales de la década de los 90 y principios de este siglo, cada vez se volvió más común encontrar comensales que interrumpen sus alimentos para hacer o recibir llamadas. Actualmente, con menos personas utilizando sus teléfonos para hablar y un fuerte aumento en el uso para fotografiar y como medio de comunicación social, las posturas entre los restauranteros están cambiando.

Una encuesta de Bloomberg entre algunos de los principales chefs y propietarios de restaurantes en el mundo -de Nueva York a Sídney, de Londres a Lima- muestra que ahora muchos aceptan el uso de las cámaras para ver sus platillos en las redes sociales.

Otros temen que los teléfonos reciban más atención que la comida. Pero la mayoría parece hacer eco a la opinión de Gastón Acurio, chef de Astrid & Gastón en Lima, Perú: "No nos gusta mucho la idea de que todo el mundo utilice sus teléfonos en el restaurante, ya sea para hablar o tomar fotos, pero menos nos gusta la idea de decirle a los clientes lo que deben hacer".

Conozca el punto de vista de algunos de los mejores restaurantes del mundo, cuyos propietarios poseen cerca de 50 estrellas Michelin entre todos.

EL QUE PAGA MANDA
"Es raro cuando la gente se sienta mirando sus teléfonos durante la comida. Pero nos hemos beneficiado de fotos en Instagram y Twitter, así que estaría mordiendo la mano que me da de comer si critico los teléfonos móviles",Oliver Millburn, copropietario de Kitty Fisher's, Londres.

"La cocina es un festín para los ojos y entiendo que nuestros clientes desean compartir estos instantes de emoción a través de las redes sociales, Instagram, por ejemplo", Alain Ducasse, chef de Alain Ducasse at the Dorchester, Londres.

"Cada vez que el teléfono de uno de nuestros clientes invade el espacio de otro es demasiado. Pero cuando los utilizan para enviar mensajes de texto o mails de forma discreta, o mejor aún, como una cámara para fotografiar algo que amaron y promueven el restaurante a través de las redes sociales, ¿quiénes somos nosotros para quejarnos?", Danny Meyer, propietario de Gramercy Tavern, Nueva York.

"Yo diría que el 80 por ciento de nuestros clientes toma fotos de la comida. Si eso los hace felices, ¿por qué no?", Jonny Lake, chef en jefe de Fat Duck, Bray.

"Los teléfonos son parte de ir a un restaurante hoy: la mayoría de la gente está enviando mensajes de texto o tomando fotos, lo cual no molesta a nadie. Mira todas las fotos de comida en Instagram. Yo hago lo mismo", Jean-Georges Vongerichten, chef propietario de Jean Georges, Nueva York.

"Solíamos poner en el menú: 'No teléfonos móviles o cámaras', pero las cosas han cambiado. Hemos terminado siendo más tolerantes. Incluso veo gente muy famosa que se toma selfies. Pero si alguien inicia una conversación en su celular, le damos una pequeña tarjeta pidiéndole que pase al vestíbulo", Fernando Peire, director de The Ivy, Londres.

"El mundo entero es culpable de usar los teléfonos, pero la gente inteligente sabe cómo manejarlo: apenas se nota cuando fotografían la comida. Pero si los clientes quieren una foto con el chef, los llevamos a la cocina", Daniel Boulud, chef propietario de Daniel, Nueva York.

"No tenemos reglas, pero lo encuentro cada vez más invasivo. Las parejas están cenando sin interesarse en ellas, y mucho menos en el restaurante", Mark Best, chef y propietario de Marque, Sídney.

"En general, si alguien está al teléfono más de cinco minutos, le pedimos amablemente que continúe con su llamada afuera", Keith McNally, propietario de Balthazar, Nueva York y Londres.

"Conversaciones telefónicas lo ponen en un ambiente de negocios y estresan a otros clientes. Pero estamos de acuerdo cuando las personas toman fotos", Raymond Blanc, chef propietario de Belmond Le Manoir aux Quat'Saisons, Oxford.

"La mayoría de la gente entiende hoy en día la etiqueta básica del teléfono. Rara vez tenemos un problema", Claude Bosi, chef propietario
de Hibiscus, Londres.


"Es triste que tantas personas estén en sus teléfonos mandando mensajes y apenas hablen entre sí, pero no es de mi incumbencia. Sólo queremos que la gente sea feliz", Shimon Bokovza, propietario de Sushi Samba, Nueva York. y Londres.

"A veces me permito recordar a la gente que viva la experiencia de comer sus alimentos, si pasa demasiado tiempo fotografiándolos", Magnus Nilsson, chef propietario de Fäviken, Järpen.

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