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Nueva York-Londres, gastronomía de isla a isla

Chefs de Nueva York arriban a Londres en busca de irrumpir en la gastronomía británica a través de distintas propuestas. Los amantes de la cocina estadounidense en la capital inglesa están muy felices, y es probable que lo mejor todavía esté por venir.

Los amantes de la cocina estadounidense en Londres están felices como nunca, y es probable que lo mejor todavía esté por venir. Justo ahora que los lugares de pizzas, hamburguesas y carne asada de la capital inglesa están considerablemente más avanzados que una década atrás, cada vez llegan a la ciudad más chefs de Nueva York.

En una lista incompleta de las importaciones figuran Dominique Ansel, quien acaba de llegar, obligando a los neoyorquinos a esperar horas un Cronut, híbrido mantecoso de dona y medialuna. Red Rooster, de Marcus Samuelsson, un lugar de comida casera en Harlem, abrirá en Shoreditch, barrio londinense de moda, a comienzos del año próximo, más o menos para la misma época en que llegará desde el Midtown el restaurante con dos estrellas Michelin, Aquavit, de Emma Bengtsson.

Otros dos destacados cocineros de la Gran Manzana tienen grandes planes para Londres, los cuales todavía están guardados bajo siete llaves.

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Se acabó el bajón británico generado por la votación del país en junio a favor de abandonar la Unión Europea. La mayoría de los inversores es optimista aun después del resultado.

"Londres es la capital del mundo", dice Shimon Bokovza, fundador y máximo responsable de Sushisamba, operado por Orange Brands Management, que llegó en 2012. Bokovza tomó un riesgo en ese momento, al abrir dos restaurantes en la cima de la Heron Tower en el distrito financiero. El lugar tiene una superficie que es la mitad de un campo de juego de futbol de la NFL.

La apuesta rindió: Sushisamba y Duck & Waffle están repletos día y noche. Y Bokovza planea sumar por lo menos otros dos locales.
La historia es similar en el caso de The One Group, que abrió STK en Londres hace cuatro años con el slogan, "Not Your Daddy's Steakhouse" (No es la parrilla de tu papá). El restaurante atrae a los millennials con cocteles y música a todo volumen. STK proyecta sumar otro local en Edimburgo el año próximo.

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"Al principio estábamos nerviosos porque los británicos pueden ser más conservadores", comparte Jonathan Segal, responsable de The One Group, quien toma a la ciudad inglesa como una ofensiva en Europa y más allá. "Pero Londres adoptó a STK desde el día que abrimos".

La atracción que ejercen los restaurateurs estadounidenses sobre Londres constituye un mercado en crecimiento frente a un sector de restaurantes maduro en los Estados Unidos, señala Simon Stenning, director ejecutivo de MCA, una firma investigadora. "Hay muchas oportunidades debido a la naturaleza de la ciudad como destino vibrante y gourmet para los residentes, el Reino Unido y los turistas extranjeros".

"A los operadores experimentados de los Estados Unidos les puede ir bien si traen su versión de hospitalidad, aquello que los hace destacar", agrega Stenning. "Un buen ejemplo es Sushisamba, con su menú brasileño-japonés. Otro es STK. Es una experiencia estadounidense que se puede trasladar".

Los riesgos son obvios. Una de las grandes parrillas de l, Smith & Wollensky, prometió traer el "mejor bistec en Londres". Atrajo, en cambio, escasa atención y un par de reseñas hostiles.

El gerente de operaciones, Nathan Evans, no tiene en cuenta a los críticos. Atribuye el despegue lento a las demoras en la inauguración de negocios en los alrededores y dice que las cosas se están encaminando.

"Tendremos un año excelente", menciona. "Lo único que lamento es que tendríamos que haber abierto sin tanta alharaca".

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