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Muere el presidente de Grupo Planeta

El empresario y editor español José Manuel Lara Bosch falleció este sábado a los 68 años víctima del cáncer de páncreas. En 2003 se convirtió, por herencia de su padre, en presidente de Grupo Planeta. 

Grupo Planeta se ha quedado sin timón. Este sábado falleció en Barcelona, a los 68 años, el editor español José Manuel Lara Bosch, líder de esa empresa editorial desde 2003. 

Lara Bosch
luchó contra el cáncer de páncreas los últimos tres años de su vida. Lo suyo era el mundo de las historias, de los libros, del papel. Todo por herencia familiar. Su padre era el reconocido editor José Manuel Lara Hernández, quien fundó Editorial Planeta en 1949. 

Sin embargo, más que la literatura misma, el mayor logro que consiguió Lara Bosch fue hacer de su empresa una máquina generadora de contenidos multiplataforma. Planeta hoy no sólo ofrece libros. Sus planes de negocios son más abarcadores, pues también diseñan estrategias de comunicación para distintos tipos de clientes. En suma, él consolidó a Grupo Planeta como un monstruo del marketing y las buenas ganancias. 

Hombre de carácter fuerte, fumador y adicto a la Coca Cola (según la prensa española), Lara Bosch siempre fue cercano al poder. Se declaraba a sí mismo un "juancarlista", y muchas veces atrajo reflectores por sus relaciones con ex presidentes o poderosos empresarios, como José María Aznar o José Luis Rodríguez Zapatero, por ejemplo.

Su posición política era conservadora. Aunque era catalán, nunca apoyó las ideas independentistas. En alguna ocasión declaró abiertamente que si Cataluña fuera independiente, "Grupo Planeta se tendría que ir a Zaragoza, a Madrid o a Cuenca; la independencia es un mal irreparable para unos y otros". 

Juan Cruz, periodista del diario español El País, resume así el gran legado de Lara Bosch: "Había heredado de su padre la obligación de prolongar un imperio que entonces era casi exclusivamente hecho de libros; se pensó que él era quien pasaba por allí, pero se arremangó, se rodeó de un equipo que eran sus ojos (y a veces su corazón) y se preparó para una lid extraordinaria: hacer que Planeta se pareciera a su nombre (un planeta de negocios, audiovisuales, editoriales) que hubiera dejado estupefacto a su propio padre, tan ambicioso que quería con él a todos los autores…, con tal de que no los tuvieran otros". 

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